En un nuevo gesto de fuerza militar, el presidente ruso Vladimir Putin confirmó la exitosa prueba del torpedo nuclear “Poseidón”, un dron submarino no tripulado con propulsión nuclear diseñado para ser prácticamente indetectable y capaz de causar devastación masiva en zonas costeras.

El anuncio se produjo en medio del estancamiento de las negociaciones con Estados Unidos, reforzando la tensión internacional por el avance del arsenal estratégico ruso. Putin aseguró que el sistema “no tiene parangón en el mundo” y que “no existe método alguno de interceptación”.

Con una longitud de 24 metros y un alcance superior a los 10.000 kilómetros, el Poseidón combina velocidad, autonomía y una potencia nuclear estimada en dos megatones. Expertos militares advierten que su detonación cerca de una costa podría generar olas radiactivas de enorme poder destructivo.

El Ministerio de Defensa ruso confirmó que el arma será desplegada en submarinos especialmente adaptados, mientras analistas de inteligencia occidentales consideran al Poseidón una pieza central de la nueva estrategia de disuasión nuclear del Kremlin.

El anuncio llega en un contexto de creciente aislamiento diplomático de Moscú, mientras la comunidad internacional teme una nueva escalada tecnológica en la carrera armamentista submarina.

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