La Justicia uruguaya condenó a una mujer de 31 años en Paysandú por el horrendo asesinato de una perra, cuya cabeza fue hallada por su dueño, un camionero llamado Milton, en la puerta de su casa el pasado 3 de junio. La perra, una Collie llamada Juli, había estado desaparecida por varios días.
Tras la macabra escena, el dueño dio aviso a la Policía,
que inició una investigación que llevó a su expareja como principal sospechosa.
En una audiencia judicial, la mujer fue condenada por un delito de violencia
privada especialmente agravado, imponiéndole una pena de cinco meses de prisión
en régimen de libertad a prueba, acompañada de diversas obligaciones, según
reportó el diario local El País.
El caso conmocionó a la ciudad de Paysandú, un departamento
limítrofe con Argentina. Un informe forense, realizado por el veterinario
Fernando Nan, detalló la brutalidad del acto. El especialista determinó que
Juli, de entre tres y cinco años, murió a causa de un corte cervical que la
decapitó por completo mientras aún estaba viva, lo que le provocó una pérdida
masiva de sangre y la interrupción de su sistema nervioso. La ONG animalista
Amigos de los Animales, que compartió el informe, calificó el hecho no solo
como maltrato animal, sino como un "acto de violencia, de crueldad
absoluta".
La condena se logró a través de un proceso abreviado, donde
la imputada reconoció los delitos a cambio de una pena menor. Aunque la
sentencia inicial fue de cinco meses de cárcel, la mujer no ingresará a
prisión. En su lugar, deberá presentarse una vez por semana en la comisaría más
cercana y realizar tareas comunitarias una vez por semana durante dos horas.
Además, la Justicia dispuso una restricción de acercamiento a su expareja y
deberá someterse a una evaluación psicológica para un tratamiento de prevención
de conductas violentas.
En una primera instancia, la mujer había confesado que pagó
a otra persona para que colgara la cabeza de la perra –ya asesinada– en el
lugar de trabajo de su ex. El brutal asesinato de Juli generó una fuerte
conmoción social y reavivó el reclamo de grupos de la sociedad civil para que
el maltrato animal sea penalizado con mayor severidad en Uruguay. De hecho, se
realizó una marcha en Paysandú donde participaron legisladores del oficialismo
y la oposición, exigiendo que "sea delito el maltrato animal en Paysandú y
en todo el Uruguay".