El papa León XIV expresó anoche su pesar por la decisión de Rusia de rechazar una propuesta de tregua de 24 horas durante la Navidad y reiteró su llamado a un cese simbólico de los combates en todos los escenarios de guerra. El pronunciamiento, realizado en vísperas de las celebraciones navideñas, busca reinstalar la idea de una pausa humanitaria mínima en un contexto internacional marcado por conflictos prolongados.

El pedido del pontífice se inscribe en una tradición diplomática del Vaticano que, en fechas de alto valor religioso, promueve gestos de distensión incluso cuando las negociaciones formales están estancadas. La guerra en Ucrania, iniciada en 2022, continúa sin señales de desescalada y se mantiene como uno de los principales focos de tensión global. En este marco, la falta de respuesta positiva por parte de Moscú expone las limitaciones de las iniciativas simbólicas frente a dinámicas militares consolidadas.

Aunque el llamado no tiene efectos jurídicos ni militares inmediatos, refuerza el posicionamiento de la Santa Sede como actor moral en la escena internacional. El mensaje interpela tanto a gobiernos como a actores armados y apunta a las poblaciones civiles, principales afectadas por la continuidad de las hostilidades. El Papa extendió su exhortación a otros conflictos, entre ellos la situación en Gaza, donde comunidades religiosas y civiles enfrentan severas restricciones para celebrar la festividad.

La negativa rusa reduce las posibilidades de una tregua coordinada, pero el Vaticano mantiene abierta la vía del diálogo y la presión diplomática. En los próximos días, León XIV reiterará su mensaje en la misa de Nochebuena y en la bendición “urbi et orbi”, instancias desde las que podría volver a reclamar gestos concretos de paz y atención humanitaria en un escenario internacional atravesado por guerras persistentes.

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