El huracán Melissa, degradado ahora a categoría 4, atravesó Jamaica dejando un saldo trágico de al menos tres personas fallecidas y miles de desplazados. La tormenta provocó daños severos en infraestructura crítica, incluidos hospitales, y obligó a declarar a la isla como “zona catastrófica”.

El primer ministro Andrew Holness señaló que la prioridad del gobierno es la seguridad de los ciudadanos y que la medida busca agilizar la asistencia y coordinación de los servicios de emergencia. Más de 6.000 personas fueron trasladadas a refugios temporales mientras continúan los cortes masivos de energía.

El ciclón tocó tierra en New Hope, en la parroquia de Westmoreland, con vientos superiores a 295 km/h, provocando inundaciones, deslizamientos de tierra y caída de árboles. Autoridades locales advirtieron sobre posibles desplazamientos de fauna peligrosa, incluidos cocodrilos, debido a la fuerza de las lluvias.

Se reportaron daños importantes en cuatro hospitales, afectando la atención médica en varias regiones, mientras los equipos de rescate trabajan para evaluar la magnitud de los estragos y asistir a los más vulnerables. Las autoridades piden a la población evitar desplazamientos innecesarios.

Los expertos meteorológicos mantienen la alerta máxima, advirtiendo que las secuelas de Melissa incluyen riesgos ocultos en zonas inundadas y que la recuperación dependerá de la capacidad de respuesta y coordinación de los servicios gubernamentales y de la población.

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