Irán ha incrementado la construcción en un misterioso emplazamiento subterráneo ubicado en Pickaxe Mountain, al sur del complejo nuclear de Natanz, tras los recientes ataques de Estados Unidos e Israel en junio. La actividad fue detectada mediante imágenes satelitales analizadas por expertos internacionales.

Los túneles bajo la montaña podrían alcanzar profundidades de hasta 100 metros y abarcan aproximadamente 2,6 km². Aunque Teherán afirma que se trata de un sitio para ensamblar centrifugadoras, analistas sospechan que también podría usarse para almacenamiento seguro de uranio de alto enriquecimiento.

Desde los ataques aéreos, que destruyeron miles de centrifugadoras en Fordow y Natanz, Irán ha reforzado el perímetro de seguridad, construido nuevas rutas de acceso y desplegado maquinaria pesada, lo que evidencia que la construcción continúa a paso firme.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha solicitado acceso completo a todas las instalaciones nucleares iraníes, pero Irán mantiene restricciones y mensajes contradictorios sobre sus próximos pasos, generando preocupación sobre la posible reconstrucción encubierta de su programa nuclear.

Expertos en no proliferación señalan que, aunque Irán podría reconstruirse rápidamente si decide avanzar, su estrategia actual parece priorizar la seguridad y el secreto sobre la velocidad, evitando replicar la infraestructura destruida, mientras la comunidad internacional sigue de cerca cada movimiento.

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