Dinamarca enfrenta un misterio de seguridad nacional tras
una serie de sobrevuelos de drones sobre aeropuertos civiles y militares. Las
terminales de Aalborg, Esbjerg, Sønderborg y la base aérea de Skrydstrup fueron
cerradas temporalmente por los incidentes que generaron alarma en todo el país.
La policía y el Servicio de Inteligencia danés investigan
ahora la relación con el buque ruso Alexander Shabalin, que se encontraba a
apenas 12 kilómetros de la costa. Aunque navegaba en aguas internacionales, su
proximidad coincidió con los vuelos de drones, elevando la sospecha de un
posible sabotaje coordinado.
El gobierno considera el hecho como un ataque híbrido. La
primera ministra, Mette Frederiksen, afirmó que se trata del “ataque más grave
contra infraestructura crítica” y dialogó con la OTAN para coordinar respuestas
ante la amenaza, mientras se refuerzan los sistemas de detección y
neutralización de drones.
Los expertos daneses advierten que la operación parece
profesional y sistemática, aunque todavía no hay pruebas concluyentes que
vinculen directamente a Rusia. La embajada rusa negó cualquier implicación,
calificando las acusaciones de “provocación orquestada”.
En paralelo, las autoridades evalúan activar el Artículo 4
de la OTAN, que prevé consultas entre aliados ante amenazas, a días de una
cumbre europea. Mientras tanto, los aeropuertos recuperan la normalidad, pero
la inquietud sobre la seguridad de infraestructuras críticas persiste.
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