Un análisis del Royal United Services Institute (RUSI)
basado en 800 páginas de documentos rusos filtrados indica que Rusia estaría
suministrando a China equipo militar avanzado y entrenamiento para fortalecer
sus fuerzas aerotransportadas, capacidades que podrían ser clave en un eventual
ataque a Taiwán.
Los documentos, compartidos por el grupo hacktivista Black
Moon, detallan contratos, listas de equipos y entrenamientos para vehículos
anfibios, cañones antitanque autopropulsados y transporte blindado de personal.
Aunque no hay confirmación de que China haya recibido el material, RUSI
advierte que esto aceleraría su desarrollo militar en paracaidismo y asalto
aéreo.
Entre los elementos clave figura el sistema Dalnolyot,
diseñado para lanzar cargas de hasta 190 kg desde 8.000 metros de altura, lo
que permitiría a unidades de fuerzas especiales penetrar discretamente en
territorio enemigo. La asistencia rusa incluiría entrenamiento completo para un
batallón aerotransportado, incluyendo maniobras de infiltración.
Expertos advierten que, aunque no hay evidencia de un plan
definitivo de Beijing, el equipo y la formación incrementarían su capacidad
militar estratégica. La cooperación con Rusia también puede servir a Moscú para
financiar la guerra en Ucrania y complicar la posición de Washington en la
región Asia-Pacífico.
El informe subraya que el principal desafío de un
hipotético ataque a Taiwán sería superar las defensas aéreas y movilizar tropas
y vehículos con rapidez suficiente para neutralizar la respuesta taiwanesa
antes de su despliegue completo.
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