François Bayrou perdió ayer la votación de confianza en la Asamblea Nacional y deberá presentar su renuncia como primer ministro de Francia ante el presidente Emmanuel Macron. La caída del gobierno ocurre tras solo nueve meses en el cargo y refleja la inestabilidad política que atraviesa el país.

El plan presupuestario de Bayrou, que contemplaba recortes por 44.000 millones de euros, no logró el respaldo de los diputados, con 364 votos en contra y 194 a favor. La oposición de izquierda, ultraderecha y algunos aliados del oficialismo sellaron la derrota del premier.

El presidente Macron anunció que designará un nuevo primer ministro “en los próximos días”, descartando, por el momento, la posibilidad de un adelanto electoral. Francia afronta así una nueva crisis política en un contexto de elevada deuda pública, que supera el 114% del PIB.

La salida de Bayrou coincide con jornadas de protestas convocadas en redes sociales bajo el lema “Bloqueemos todo” y huelgas anunciadas por los sindicatos para el 18 de septiembre, lo que aumenta la presión social sobre el gobierno.

Marine Le Pen, líder de la ultraderecha, instó a Macron a convocar elecciones legislativas anticipadas. Mientras tanto, distintos sectores políticos buscan acuerdos para superar el bloqueo y garantizar gobernabilidad hasta 2027, cuando finaliza el mandato presidencial.

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