Las autoridades de Nueva York y Nueva Jersey declararon el estado de emergencia tras una jornada de lluvias intensas que paralizó el noreste de Estados Unidos. La tormenta afectó el transporte aéreo, terrestre y ferroviario, con más de 1.300 vuelos cancelados y múltiples arterias cerradas por anegamientos.

La gobernadora Kathy Hochul y funcionarios de Nueva Jersey instaron a evitar desplazamientos innecesarios y a seguir las alertas oficiales. El Servicio Meteorológico Nacional anticipó que podrían caer hasta 20 centímetros de agua en algunas zonas, con vientos de hasta 104 km/h.

Las advertencias alcanzan a más de 23 millones de personas desde Virginia hasta Connecticut, en un evento extremo que supera récords históricos de precipitaciones y presión atmosférica baja. La saturación del suelo y las fallas en el drenaje urbano elevan el riesgo de catástrofes.

El subte de Nueva York, el Long Island Rail Road y el New Jersey Transit operan con serias demoras, mientras que calles como FDR Drive y Cross Island Parkway están cerradas. La zona de Queens es una de las más afectadas por inundaciones repentinas.

Servicios de rescate trabajaron durante horas para evacuar a automovilistas atrapados, especialmente en Maryland y Pensilvania. El pronóstico indica que el fenómeno persistirá durante la noche, agravando la situación en toda la región.

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