Bolivia se encuentra al borde de un colapso económico sin
precedentes, enfrentando la mayor inflación en tres décadas, escasez
generalizada de productos esenciales como combustible y suministros médicos, y
una creciente crisis de pagos. No obstante, en un giro inesperado, los bonos en
dólares del país han experimentado un rally significativo, alcanzando sus
niveles más altos en más de dos años y ofreciendo un retorno del 20% a los
tenedores de bonos en lo que va del año.
Esta paradoja se explica por un creciente optimismo sobre
un posible cambio político en las elecciones presidenciales de agosto, según
analistas como Steffen Reichold de Stone Harbor Investment Partners. A medida
que la crisis se profundiza, la expectativa de que un candidato opositor
favorable al mercado pueda ganar terreno ha impulsado el repunte. "Hay
muchas posibilidades de un resultado político más positivo desde el punto de
vista del mercado", afirmó Reichold, quien recientemente elevó su posición
en bonos bolivianos.
El deterioro económico de Bolivia, que comenzó en 2023, llevó a S&P Global Ratings a rebajar su calificación crediticia a CCC- el mes pasado, apenas unos niveles por encima del impago. La escasez y el aumento de los precios han provocado protestas casi diarias, con enfrentamientos que han dejado víctimas mortales. El presidente Luis Arce incluso ha admitido que el gobierno no puede garantizar el suministro de combustible para el resto del año, mientras la inflación interanual alcanzó el 24% en junio.
El partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS),
ha dirigido el país durante casi dos décadas, atravesando un periodo de bonanza
y luego un prolongado declive. La actual fractura interna del partido ha
paralizado la aprobación de nuevos créditos internacionales, exacerbando la
falta de divisas.
Las encuestas presidenciales, aunque cautelosamente
interpretadas por expertos debido a la incertidumbre del electorado boliviano,
sitúan al empresario derechista Samuel Doria Medina a la cabeza con un 19,6% de
intención de voto, seguido por el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (16,6%) y
Andrónico Rodríguez (13,7%), ex aliado del MAS. Las elecciones están
programadas para el 17 de agosto, con una posible segunda vuelta el 19 de
octubre.
El reciente acuerdo político para la aprobación de
préstamos externos también ha inyectado algo de alivio a corto plazo, según
Ramiro Blázquez, estratega de StoneX. Las reservas internacionales han
aumentado un 42% este año, llegando a US$2.800 millones en junio, en parte
gracias a la compra de oro y su alza de precio, mejorando las perspectivas de
pago de deuda hasta las elecciones. En caso de una victoria opositora, se
estima una reestructuración favorable al mercado con un valor de recuperación
de entre 70 y 75 centavos por dólar
Sin embargo, a pesar del repunte, muchos inversores
permanecen cautelosos. El diferencial de tasas con los bonos del Tesoro de
EE.UU. sigue siendo uno de los más altos entre los países soberanos. Edward
Glossop, economista jefe de Argo Capital, advierte que la oposición está
fragmentada y carece de un plan de reformas coherente. Incluso un gobierno
favorable al mercado enfrentaría desafíos significativos para sanear las
cuentas públicas. "Sería muy difícil para un nuevo gobierno eliminar
subsidios y devaluar la moneda", afirmó Glossop, expresando su
escepticismo sobre la apuesta.