El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi
Lavrov, lanzó una dura advertencia este domingo al pronosticar que la Tercera
Guerra Mundial "podría estar muy cerca", haciéndose eco de
declaraciones previas del presidente Vladimir Putin. Sus afirmaciones surgieron
en medio de la escalada de tensiones en Medio Oriente, tras los ataques de
Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes en las últimas horas.
En una entrevista con el periodista Pavel Zarubin, Lavrov
enfatizó que aplicar el derecho a la autodefensa sin respetar la Carta de las
Naciones Unidas conducirá al mundo a un "caos total". Consultado
sobre la supuesta falta de indignación occidental por los bombardeos a Irán, el
canciller ruso fue categórico: "Bueno, esos son los más cínicos. El resto
dice que Israel tiene derecho a la autodefensa, como dijo Macron. ¿Autodefensa
contra qué?".
Lavrov explicó que, si bien la Carta de la ONU consagra el
derecho a la autodefensa, interpretarlo de manera unilateral, sin apego a la
normativa internacional, es problemático. "Pero eso ya no sería, por
supuesto, el orden mundial, sino un caos total", sentenció. En este
contexto, citó directamente a Putin: "Y, como ha dicho anteriormente el
presidente, la Tercera Guerra Mundial podría estar muy cerca".
El canciller se refirió a las palabras de Putin de hace dos
días, cuando en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, el
mandatario expresó estar "preocupado, muy preocupado" por la amenaza
de ese escenario. "Existe un gran potencial de conflicto justo delante de
nuestras narices, en Ucrania y en Oriente Medio", había declarado Putin el
viernes, un día antes del ataque estadounidense contra Irán.
Si bien Putin ha mantenido silencio sobre el incidente
reciente, Dmitri Medvédev, ex presidente y actual vicepresidente del Consejo de
Seguridad ruso, cuestionó la efectividad de los ataques estadounidenses. En
línea con Lavrov, Medvédev afirmó que la mayoría de los países se oponen a la
agresión de EE. UU. contra Irán y sugirió que los bombardeos tuvieron un efecto
contraproducente: la infraestructura crítica iraní no sufrió daños
significativos, y algunos estados estarían dispuestos a transferir armas nucleares
a la República Islámica.
La Escalada de tensión y las reacciones internacionales
La crisis se agudizó cuando Estados Unidos atacó tres
instalaciones nucleares iraníes clave: Fordow, Natanz e Isfahán. Washington
confirmó estos "ataques de precisión masivos" ordenados por el
presidente Donald Trump contra sitios cruciales del programa nuclear iraní.
La situación se inició el 13 de junio, cuando Israel atacó
a Irán y declaró estado de emergencia, con el primer ministro Benjamín
Netanyahu indicando que el objetivo era golpear la infraestructura nuclear
iraní. En respuesta, la República Islámica lanzó varias oleadas de ataques con
misiles.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia condenó los
ataques estadounidenses, calificándolos de "irresponsables" y
violatorios del derecho internacional, la Carta de las Naciones Unidas y las
resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Moscú consideró
"especialmente alarmante" que los ataques hayan sido perpetrados por
un miembro permanente del Consejo de Seguridad.
El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araghchi,
quien se dirige a Moscú para reunirse con Putin, advirtió que Estados Unidos e
Israel "cruzaron una línea roja muy grande al atacar las instalaciones
nucleares" de Irán. El embajador iraní en Rusia, Kazem Jalali, expresó que
esperan que las próximas negociaciones en Moscú sean un "punto de partida
para estabilizar la situación en Oriente Medio".
Mientras tanto, el Organismo Internacional de Energía
Atómica confirmó que no registró aumentos en los niveles de radiación fuera de
las tres instalaciones atacadas, lo que sugiere que no hubo consecuencias
inmediatas para la salud o el medio ambiente.
Críticas rusas a la postura occidental
En la misma entrevista, Lavrov también lanzó duras críticas
a la postura occidental hacia Rusia y Ucrania. "Su parcialidad, o más bien
su intención de utilizar a Ucrania contra Rusia, ya no se oculta", declaró
el ministro. "Demonizan a Rusia, incluso demonizan esa palabra. Esto no
refleja del todo esa agresividad casi animal en la retórica y en las
acciones".
El canciller ruso hizo una observación particular sobre los
funcionarios europeos, señalando que "especialmente destaca la parte
femenina de la Comisión Europea. Es triste", refiriéndose a la presidenta
de la Comisión, Ursula von der Leyen, y a la Alta Representante para Asuntos
Exteriores, Kaja Kallas. Lavrov indicó que, según Putin, "son nuestros
vecinos. Y no vamos a aislarnos de ellos, pero deben cambiar su
comportamiento".
Finalmente, el ministro se refirió a las consecuencias
económicas de las políticas occidentales contra Rusia. "Han renunciado
casi por completo a los combustibles rusos, han tragado el acto terrorista en
los flujos del norte", declaró Lavrov, quien afirmó que "todo esto
cuesta cientos de miles de millones de euros y afecta al bienestar de su
población". Según el canciller, la situación actual en Europa y su
economía, así como los problemas sociales en los países de la Unión Europea, confirman
estas consecuencias negativas.