Según el último boletín del Centro Nacional de Huracanes
(NHC) de Estados Unidos, a las 06:00 GMT, Erick se ubicaba a unos 110
kilómetros al sur de Puerto Ángel, en el estado de Oaxaca. Su trayectoria
indica un avance hacia el noroeste, en dirección a la región limítrofe con
Guerrero, una zona que se caracteriza por ser mayormente rural y de difícil
acceso.
"El huracán Erick es ahora un fenómeno extremadamente
peligroso", alertó el NHC a través de su cuenta oficial en la red social
X. Advirtieron que su llegada a tierra podría causar inundaciones,
deslizamientos de tierra y una severa destrucción estructural, especialmente en
las áreas montañosas donde se concentran viviendas precarias.
Puerto Escondido, una ciudad costera de 30.000 habitantes y
un importante centro turístico en Oaxaca, ya experimentaba intensas lluvias y
ráfagas de viento desde la noche del miércoles. La población se resguardaba,
los comercios cerraban sus puertas y las autoridades han ordenado el cierre de
puertos, aeropuertos, escuelas y actividades no esenciales, además de
reportarse cortes preventivos en el suministro eléctrico.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, hizo un llamado
urgente a la población para que sigan las recomendaciones oficiales y evacúen
las zonas más expuestas. "A la población, decirle que se mantenga atenta a
la comunicación oficial, resguardarse en sus casas, no salir. Si están en zonas
bajas, cerca de ríos, cerca de cauces, es mejor que vayan a los refugios",
expresó durante su conferencia matutina.
El gobierno federal ha desplegado cientos de efectivos
militares y activado más de 2.000 refugios temporales como parte del plan de
contingencia. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) pronostica que las
precipitaciones intensas podrían generar desbordes de ríos, inundaciones
repentinas y deslizamientos de tierra, afectando particularmente a comunidades
aisladas del sur del país.
El temor a una catástrofe resuena con lo ocurrido en
septiembre de 2024, cuando el huracán John, de categoría 3, golpeó la misma
región y causó al menos 15 muertes, la mayoría en el municipio turístico de
Acapulco, lo que subraya la gravedad de la situación actual.