Taiwán se encuentra en alerta máxima luego de que China
enviara 74 aviones de combate hacia la isla entre el jueves por la noche y la
madrugada del viernes, 20 de junio de 2025. De estos, 61 aeronaves cruzaron la
línea central del estrecho de Taiwán, una cifra inusualmente alta que refleja
el aumento de la tensión en la región. El Ministerio de Defensa taiwanés
registró el despliegue, que se realizó en dos tandas separadas, aunque el
motivo específico de esta masiva movilización no fue esclarecido de inmediato.
Esta acción militar se produce un día después de que el
buque de patrulla costera HMS Spey de la Marina Real Británica transitara por
el estrecho de Taiwán. El Ministerio de Exteriores taiwanés "confirmó y
dio la bienvenida" el paso del navío, reafirmando el estatus del estrecho
como aguas internacionales y alentando a otras naciones a realizar tránsitos
similares para "salvaguardar la paz y la estabilidad". La oficina de
representación británica en Taipéi indicó que la navegación se realizó en pleno
cumplimiento del derecho internacional.
La respuesta de China y el contexto de la escalada
China, que considera a Taiwán como parte de su territorio,
respondió con enojo al paso del buque británico. El Comando del Flanco Oriental
del Ejército Popular de Liberación declaró que el tránsito del HMS Spey
"perturbó deliberadamente la situación y socavó la paz y la estabilidad
del estrecho de Taiwán". El coronel Liu Runke, portavoz del Comando del
Teatro Oriental de Operaciones del Ejército chino, calificó el paso como una
"provocación deliberada".
El portavoz de la Cancillería china, Guo Jiakun, reiteró
que las autoridades taiwanesas "no pueden cambiar la realidad de que
Taiwán es una parte de China" y expresó su "oposición" a
cualquier país que "realice provocaciones" en nombre de la libertad
de navegación.
En respuesta a la incursión aérea china, Taiwán desplegó
barcos, interceptores de combate y sistemas de misiles en tierra. El presidente
taiwanés, William Lai, había pedido previamente "reforzar la
vigilancia" ante la presión militar de Beijing. La situación actual
subraya la creciente fragilidad en las relaciones entre China y Taiwán, en un
estrecho que es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo.