El papa León XIV realizó hoy, un enérgico llamado a detener
la guerra durante su Audiencia General. El pontífice denunció los conflictos en
Ucrania, Israel, Gaza e Irán, y citó las palabras del papa Francisco: "La
guerra es siempre una derrota".
En su intervención, León XIV expresó profunda preocupación
por el uso de "armas llamadas científicas" en los conflictos
modernos, calificándolo de "una barbarie superior a cualquier otra".
Haciendo eco de Pío XII, enfatizó: "Nada se pierde con la paz, todo se
pierde con la guerra". La preocupación del Vaticano se centra en el
sufrimiento de las poblaciones civiles, lo que obliga a una profunda reflexión
sobre el concepto de victoria en un conflicto bélico.
El sumo pontífice instó a los líderes políticos y militares
a optar por las vías diplomáticas y a evitar decisiones que prolonguen el
sufrimiento humano. Este llamado se produce en un contexto de escalada en
diversas zonas de conflicto, subrayando la urgencia de su mensaje.
La catequesis del Papa: Sanación y voluntad
En la misma Audiencia General, el papa León XIV centró su
catequesis en la figura del paralítico de la piscina de Betesda, relatada en el
Evangelio de Juan (5,1-9). Desde la Plaza de San Pedro, invitó a los fieles a
reflexionar sobre las situaciones de bloqueo y resignación en la vida humana.
León XIV describió la "triste escena" de los
enfermos que se arrastraban para entrar en la piscina de Betesda, un lugar que,
a pesar de su nombre ("casa de la misericordia"), se convertía en una
"guerra de los pobres". El pontífice interpretó la piscina como una
imagen de la Iglesia, donde el Señor llega para sanar y dar esperanza.
Subrayando el diálogo entre Jesús y el hombre paralizado
por 38 años, el Papa resaltó la importancia de la voluntad de sanar. Advirtió
que, a veces, las personas "prefieren permanecer en condición de
enfermos" como "un pretexto para no decidir qué cosa hacer con
nuestra vida". Citando a San Agustín, el Papa enfatizó que el paralítico
necesitaba no solo a un hombre, sino a "un hombre que fuese también
Dios" para sanar.
Finalmente, León XIV exhortó a los presentes a asumir
responsabilidades personales y a abandonar visiones fatalistas. Afirmó que
Jesús ayuda a la persona a descubrir que "su vida también está en sus
manos", y destacó el gesto simbólico de recoger la camilla como un acto de
reconciliación con la propia historia. El Papa concluyó su catequesis instando
a los fieles a identificar las "zonas de bloqueo" en sus vidas y a
"regresar a vivir en el Corazón de Cristo que es la verdadera casa de la
misericordia".