El transporte boliviano entró en estado de emergencia por la persistente escasez de diésel. Choferes de El Alto dieron un plazo de 48 horas al Gobierno para convocarlos a una mesa de diálogo y resolver el problema. Caso contrario, exigirán la renuncia de autoridades vinculadas a la crisis.

La falta de combustible afecta gravemente al sector: en Santa Cruz, solo el 40% de los buses están operativos y muchas unidades deben hacer largas filas en surtidores. Empresas de transporte interdepartamental afirman que solo entre el 10% y 15% de sus vehículos circulan diariamente.

Frente a las amenazas de protestas, la Agencia Nacional de Hidrocarburos anunció una reunión con los gremios, aunque reconoció que la atención dependerá de la disponibilidad de carburante. La escasez está ligada a la falta de divisas y al limitado presupuesto para importaciones.

El presidente de YPFB reconoció que no cuentan con los fondos necesarios para sobreabastecer y reducir las filas. Dijo que reciben entre 55 y 60 millones de dólares semanales, pero que necesitarían 63 millones para cubrir la demanda actual.

La crisis energética y económica se instaló en el centro de la campaña electoral. El oficialismo culpa a la Asamblea Legislativa por el bloqueo de créditos, mientras la oposición propone cambios estructurales para evitar un colapso financiero mayor.

#Diésel #Transporte #Bolivia #Combustible #Gobierno #Crisis