Rusia y Ucrania lograron anoche un acuerdo para realizar un nuevo intercambio de prisioneros de guerra, tras una reunión de menos de una hora en Estambul. El pacto incluye la liberación de al menos 1.200 detenidos por cada parte y la entrega de cuerpos de soldados caídos, bajo supervisión de la Cruz Roja.

El jefe negociador ruso, Vladimir Medinski, aseguró que Moscú está listo para devolver los restos de 3.000 soldados ucranianos, además de los más de 7.000 ya entregados. Ucrania, por su parte, confirmó que varios combatientes heridos o enfermos regresarán pronto a casa como parte del acuerdo.

Durante el encuentro, Rusia propuso establecer treguas temporales en sectores del frente para facilitar evacuaciones médicas, debido al alto riesgo provocado por los drones en la zona de combate. Esta iniciativa fue bien recibida, aunque no se concretó un calendario.

El secretario del Consejo de Seguridad ucraniano, Rustem Umérov, confirmó avances humanitarios pero admitió que no hay señales de un cese del fuego general. Mientras tanto, Kiev propuso una cumbre con líderes internacionales, incluida la participación de Donald Trump y Recep Tayyip Erdogan, propuesta rechazada por Moscú.

A pesar de las diferencias sobre temas clave como soberanía y territorios ocupados, ambas delegaciones destacaron la necesidad de continuar el diálogo, con prioridad en los intercambios humanitarios y la protección de civiles cautivos.

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