El Ministerio de Defensa ruso confirmó la captura de
Zvirove y Novoekonomichne, cerca de Pokrovsk, en la región de Donetsk,
fortaleciendo su control territorial y preparando una posible ofensiva hacia
Kramatorsk y Sloviansk. Esta expansión forma parte de una ofensiva más amplia
que incluye la reciente toma de Bila Hora y busca consolidar la presencia rusa
en el este de Ucrania.
En paralelo, continúan los combates en las regiones
fronterizas de Sumi y Kharkiv, donde Rusia intenta establecer una “franja de
seguridad” para proteger su territorio de ataques ucranianos. Estas operaciones
han dejado al menos cinco civiles muertos, entre ellos una familia desplazada
en Kharkiv y dos mujeres en Donetsk, generando una creciente crisis
humanitaria.
Ante la escalada, las autoridades ucranianas ordenaron
evacuar a familias con niños de diez localidades de Donetsk, advirtiendo sobre
el alto riesgo de permanecer en la zona. Además, ataques con drones y misiles
impactaron ciudades como Kharkiv, Cherkasi y Odesa, causando decenas de heridos
y daños significativos en infraestructura civil, incluyendo edificios
protegidos por la UNESCO.
El presidente Volodimir Zelensky denunció que Rusia
respondió a una propuesta de alto el fuego con ataques masivos y pidió mayor
apoyo internacional para fortalecer la defensa aérea y aumentar la producción
de armamento. Ucrania enfrenta así una intensificación del conflicto con graves
consecuencias para la población civil.
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