Andrei Badalov, vicepresidente de la compañía estatal rusa de oleoductos Transneft, fue encontrado muerto este viernes por la mañana en las afueras de Moscú, según informó la agencia TASS. Su cuerpo fue hallado bajo las ventanas de su vivienda, situada en una exclusiva zona residencial cerca de la autopista Rublevskoye.
Las autoridades manejan el suicidio como hipótesis
preliminar, aunque el caso permanece bajo investigación y se analizan otros
factores. Fuentes cercanas a la investigación mencionaron que se encontró una
carta presuntamente escrita por Badalov y dirigida a su esposa, sin descartar
otras posibilidades. Los informes preliminares señalan que Badalov cayó desde
el piso 17 del edificio, una altura aproximada de 55 metros, a pesar de que su
residencia se ubicaba en el décimo piso.
Badalov, de 62 años, ocupaba el cargo de vicepresidente de
Transneft desde julio de 2021, a cargo de la transformación digital,
tecnologías de la información y automatización de la producción. Durante su
gestión, la empresa enfrentó desafíos derivados de las sanciones
internacionales impuestas tras la invasión rusa en Ucrania en febrero de 2022.
Según información oficial, Badalov había estudiado en la Academia del Estado
Mayor de las Fuerzas Armadas, y era casado y padre de dos hijas.
Transneft, fundada en 1993, opera la red de oleoductos más
extensa del mundo, con casi 50.000 kilómetros de tuberías. La compañía es
dirigida por Nikolai Tokarev, un ex trabajador de la KGB y antiguo colega del
presidente Vladimir Putin en Alemania Oriental. El presidente del consejo de
administración es Alexandr Novak, actual viceprimer ministro ruso.
Inquietante patrón de muertes de ejecutivos rusos
La muerte de Badalov se suma a una preocupante serie de
fallecimientos de altos ejecutivos y empresarios rusos en circunstancias
inesperadas o no aclaradas. Desde abril de 2022, al menos once figuras
vinculadas a las industrias estatales de gas y petróleo han perdido la vida en
hechos que, según los registros oficiales, han sido catalogados habitualmente
como suicidios.
Entre los casos documentados se encuentran:
Hasta el momento, las investigaciones oficiales
relacionadas con estos fallecimientos no han proporcionado explicaciones
concluyentes, y varias han terminado catalogadas como autolesiones o suicidios
tras precipitaciones desde edificios residenciales, oficinas o centros
hospitalarios.