Algunos medicamentos de uso común y suplementos naturales
pueden tener un efecto oculto y peligroso: elevar la presión arterial. Desde
analgésicos hasta productos herbales, su consumo sin control médico puede poner
en riesgo la salud cardiovascular, advierte la Clínica Mayo.
Entre los principales fármacos que pueden aumentar los
valores se encuentran los antiinflamatorios no esteroides (ibuprofeno,
naproxeno), descongestionantes nasales con pseudoefedrina o fenilefrina, y
ciertos antidepresivos. Estas sustancias pueden retener líquidos, estrechar los
vasos sanguíneos o alterar el ritmo cardíaco.
Los anticonceptivos hormonales, algunos inmunosupresores
utilizados tras trasplantes y tratamientos biológicos contra el cáncer también
pueden elevar la presión. En todos los casos, los especialistas recomiendan
controles periódicos y, de ser necesario, modificar el tratamiento.
Incluso productos naturales como el ginseng, el guaraná o
el regaliz pueden interferir con los medicamentos antihipertensivos. Por eso,
antes de iniciar cualquier suplemento o tratamiento alternativo, es clave
consultar al médico y evitar la automedicación.
Detectar mareos, palpitaciones o cefaleas tras ingerir
alguno de estos productos puede ser una señal de alerta. Mantener un control
regular de la presión arterial y elegir alternativas seguras ayuda a prevenir
complicaciones graves como infartos o accidentes cerebrovasculares.
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