Laurence Watkins, oriundo de Nueva Zelanda y residente en Australia, logró entrar al libro Guinness por tener el nombre personal más largo del mundo, con un total de 2.253 palabras. Su decisión, además, llevó a modificar la legislación de su país para permitir registros tan extensos.

El récord se gestó tras años de preparación: Watkins comenzó el desafío en 1990 con el objetivo de superar los registros existentes. El nombre completo comienza con “Hubert Blaine Wolfeschlegelsteinhausenbergerdorff Sr. Laurence Michael David Jonathan…” y continúa con miles de caracteres más, ocupando más de 20 páginas.

Para lograrlo, invirtió una considerable suma en mecanografiar su lista de palabras, que luego presentó ante el Tribunal de Distrito de Nueva Zelanda. Aunque inicialmente fue rechazada, el Tribunal Superior falló a su favor, validando su identidad legal y permitiendo la inscripción en el Guinness World Records.

A pesar del reconocimiento, Laurence enfrenta problemas administrativos, ya que ninguno de sus documentos de identidad puede reflejar su nombre completo. Este detalle ha generado situaciones insólitas en trámites cotidianos, desde formularios hasta viajes internacionales.

El récord fue ajustado oficialmente de 2.310 a 2.253 palabras tras modificaciones en las reglas de Guinness, consolidando a Watkins como la persona con el nombre legalmente más largo de la historia.

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