Ryan Borgwardt, padre de tres hijos, fue condenado a 89 días de cárcel tras fingir su propia muerte en agosto de 2024 para escapar a Europa y comenzar una relación con una mujer que conoció por internet. La familia y las autoridades lo buscaron durante meses, creyendo que había desaparecido tras un paseo en kayak en el lago Green, Wisconsin.

Según la investigación, Borgwardt planeó cuidadosamente el engaño: volcó su kayak para simular un accidente, dejó la bicicleta eléctrica cerca del muelle y remó hasta la orilla antes de viajar a Madison, tomar un colectivo a Detroit, cruzar a Canadá y finalmente volar a Europa del Este.

Durante su ausencia, cambió su correo electrónico, transfirió dinero a una cuenta extranjera y contrató un seguro de vida de 375.000 dólares. La búsqueda concluyó en octubre de 2024, cuando se confirmó que estaba vivo. En diciembre regresó voluntariamente a Estados Unidos y envió un video a la policía para demostrar que estaba a salvo.

El juez lo condenó por obstrucción a la autoridad y Borgwardt también deberá pagar 30.000 dólares por los gastos de la investigación. La mujer de Borgwardt, Emily, se divorció de él en mayo, luego de meses de incertidumbre y angustia.

Antes de la sentencia, Borgwardt expresó su arrepentimiento: “Lamento profundamente las acciones que tomé esa noche y todo el dolor que causé a mi familia y amigos”. El caso despertó gran interés mediático por la complejidad del engaño y las consecuencias legales.

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