El Departamento de Defensa de Estados Unidos comenzará en
2026 la modernización del puerto de Malakal, en Palau, para facilitar el acceso
y reabastecimiento de su flota naval en el Pacífico occidental. Este plan
incluye la ampliación del muelle y la construcción de un centro logístico
clave, consolidando a Palau como un punto estratégico en la llamada Segunda
Cadena de Islas, crucial para la defensa regional frente a China.
Esta iniciativa llega en un contexto de creciente
preocupación por la presencia china en la zona, donde empresas vinculadas a
Pekín han arrendado terrenos próximos a instalaciones militares
estadounidenses, como puertos, aeropuertos y sistemas de radar. Las autoridades
de Palau y Estados Unidos advierten que estos desarrollos inmobiliarios podrían
facilitar actividades de vigilancia electrónica o sabotajes.
El gobierno palauano, liderado por Surangel Whipps Jr., ha
tomado medidas para limitar la influencia extranjera, deportando a varios
ciudadanos chinos y negando visados a quienes representan un riesgo. Asimismo,
ha solicitado apoyo a agencias estadounidenses especializadas para combatir el
crimen organizado vinculado a estas operaciones.
Palau mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, lo que
tensiona aún más su vínculo con China, que ha ofrecido incentivos económicos
para que cambie su postura. La importancia geoestratégica de Palau aumenta ante
la amenaza de un posible conflicto en la región, especialmente con la situación
en torno a Taiwán.
Expertos señalan que la capacidad de Estados Unidos para
proyectar su poder militar en la región depende en gran medida del control y la
seguridad de infraestructuras como las de Palau, donde la competencia
geopolítica con China se intensifica en todos los ámbitos.
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