Al menos 31 palestinos perdieron la vida y 145 resultaron heridos ayer martes en Gaza mientras esperaban ayuda humanitaria, en un nuevo episodio de violencia que agrava la crisis en el enclave palestino. Las fuerzas israelíes abrieron fuego contra la multitud que se concentraba cerca del paso fronterizo de Zikim, en el norte de Gaza, bloqueando el ingreso de camiones con asistencia.

Además del ataque en Zikim, hubo otros incidentes en el centro y sur de la Franja, incluyendo bombardeos con drones contra civiles y ataques en un centro de ayuda de la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), donde fallecieron 13 personas. En total, el ministerio de Salud de Gaza contabiliza ya 1.179 muertos y casi 8.000 heridos relacionados con la búsqueda de ayuda desde mayo.

La Organización de Naciones Unidas (ONU) calificó la situación como una “catástrofe humanitaria de proporciones épicas”. Su secretario general, António Guterres, advirtió que más de un tercio de la población vive en condiciones extremas de hambre y que el tiempo para implementar una respuesta efectiva se agota rápidamente.

Mientras tanto, 17 países, entre ellos España, Brasil y Reino Unido, pidieron el desarme de Hamas para avanzar hacia una solución de dos Estados, israelí y palestino. El documento también condena los ataques de Hamas y la toma de rehenes, que violan el derecho internacional.

El conflicto continúa escalando en medio de tensiones diplomáticas y una situación humanitaria crítica, con la comunidad internacional instando a un alto el fuego y a la apertura de corredores seguros para la entrega de ayuda.

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