El general retirado Mário Fernandes, ex número dos de la
Secretaría General de la Presidencia durante el gobierno de Jair Bolsonaro,
reconoció haber escrito el denominado "Plan daga verde y amarilla".
Este documento detallaba supuestos escenarios para el asesinato del presidente
Luiz Inácio Lula da Silva, del vicepresidente Geraldo Alckmin y del juez
federal Alexandre Moraes, entre otros.
Fernandes, detenido desde noviembre pasado, es uno de los
principales acusados por la Procuraduría General de la República (PGR) en la
causa que investiga un complot para asesinar a Lula y otros altos funcionarios.
En su testimonio, intentó minimizar la intención de llevar a cabo el plan,
asegurando que el documento fue impreso para su lectura personal y destruido
luego de ello.
El plan, que fue incautado por la Policía Federal, forma
parte central de la denuncia por el intento de golpe de Estado que Bolsonaro y
sus aliados intentaron ejecutar para impedir la asunción de Lula en 2023. Según
la acusación, Fernandes imprimió el documento dentro del Palacio de Planalto y
coordinó actividades con grupos radicales tras las elecciones.
Además, el plan preveía la creación de una "Oficina de
Gestión de Crisis Institucional" para actuar en diciembre de 2022 y
reflejaba la planificación de ataques directos a las autoridades del país. La
denuncia describe a Fernandes como uno de los militares más radicales
vinculados al núcleo que intentó el golpe, con estrechas relaciones con
manifestantes violentos.
Este caso profundiza la crisis política en Brasil y
mantiene bajo la lupa judicial al expresidente Bolsonaro, quien enfrenta cargos
por su participación en esta trama golpista. La justicia brasileña continúa
investigando las ramificaciones de estos hechos.
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