El régimen chino ha intensificado su postura sobre la
reencarnación del #DaláiLama, afirmando este miércoles que el sucesor del líder
espiritual #tibetano “debe ser aprobado por el gobierno central”. Esta
declaración, realizada por la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores,
Mao Ning, en Beijing, se produce luego de que el actual Dalái Lama, Tenzin
Gyatso, confirmara la continuidad de la institución tras su fallecimiento.
Según la postura china, la elección del Dalái Lama y otras
figuras budistas importantes debe realizarse mediante un "sorteo en urna
de oro", un método que, según #Beijing, fue establecido por la dinastía
Qing en el siglo XVIII. Mao Ning enfatizó que "el budismo tibetano nació
en #China y posee características chinas", defendiendo la adaptación de la
religión al entorno político y social del país como garantía de su
supervivencia.
El Dalái Lama, quien cumplirá 90 años el 6 de julio y vive
exiliado en #India desde 1959, disipó los temores de muchos tibetanos al
anunciar en un videomensaje que la institución espiritual de seis siglos
continuará. Confirmó que la responsabilidad de identificar a su sucesor recaerá
exclusivamente en el Gaden Phodrang Trust, su oficina en India. Fuentes de
dicho trust indicaron que el próximo Dalái Lama podría ser de "cualquier
nacionalidad" y elegido en "un lugar donde haya acceso a la
libertad".
La comunidad tibetana en el exilio, reunida en Dharamshala,
India, para la 15ª Conferencia Religiosa Tibetana, condenó
"enérgicamente" la injerencia china en el proceso sucesorio. Mediante
una resolución unánime, respaldaron el plan del Dalái Lama y aseguraron que
"jamás aceptarán" el uso político de la reencarnación por parte de
China. El ritual tradicional tibetano para elegir al Dalái Lama implica una
búsqueda espiritual de un niño candidato tras su muerte, seguido de pruebas
para certificar su identidad. Cabe recordar que en 1995, China nombró a su
propio #Panchen Lama, deteniendo al elegido por el Dalái Lama, quien es
considerado por grupos de derechos humanos como "el preso político más
joven del mundo".
La postura china genera alivio en parte de la comunidad
tibetana por la confirmación de la continuidad del linaje, pero al mismo tiempo
aumenta la preocupación por la intención de Beijing de designar un sucesor
paralelo. Representantes de la conferencia religiosa se comprometieron a
"mantener la unidad nacional" y continuar la lucha por "la justa
causa del Tíbet".
El Dalái Lama, máxima autoridad espiritual del budismo
tibetano y figura central en la tradición religiosa y cultural del #Tíbet,
recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989 por su compromiso con la no violencia
y el diálogo. Desde 2011, renunció a su rol político, transfiriendo estas
potestades a un gobierno democrático tibetano en el exilio, pero sigue siendo
una referencia espiritual y moral para millones de seguidores en todo el mundo.
La vigencia de su linaje es considerada vital no solo para la comunidad
tibetana, sino para quienes ven en él un símbolo de diálogo pacífico y
resistencia cultural.