En el marco del 28° Foro Económico Internacional de San
Petersburgo, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha reafirmado el
compromiso de su país con la cooperación nuclear en Irán, a pesar de las
crecientes tensiones en Medio Oriente. Putin anunció que, además del reactor ya
operativo en Bushehr, se avanzará en la construcción de dos nuevas unidades.
"A pesar de la complejidad en torno a Irán,
completamos el reactor de Bushehr y firmamos contratos para construir dos
reactores adicionales", expresó Putin ante una audiencia de empresarios y
líderes internacionales.
El jefe del Kremlin detalló que actualmente unos 250
técnicos rusos trabajan de forma permanente en el sitio, con refuerzos
temporales que elevan la dotación total a 600 personas. "No nos
retiraremos del proyecto", aseguró, al tiempo que solicitó garantías
internacionales para la seguridad del personal desplegado en la planta.
Putin enfatizó que las actividades nucleares de Rusia en
Irán se realizan bajo el marco normativo internacional y reiteró la necesidad
de proteger las operaciones de Bushehr ante posibles ataques. Según el
presidente ruso, incluso el entonces mandatario estadounidense, Donald Trump,
había respaldado el pedido de Moscú para preservar la integridad del personal
ruso en la planta.
La creciente tensión militar en la región alimenta la
preocupación global sobre las posibles consecuencias de una ofensiva directa
contra instalaciones sensibles. En una reunión de emergencia del Consejo de
Seguridad de la ONU, el director del Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA), el argentino Rafael Grossi, advirtió sobre el potencial impacto de una
agresión armada contra la planta de Bushehr.
"Un ataque directo podría liberar niveles
extremadamente altos de radiactividad al ambiente", alertó Grossi,
subrayando que en el sitio se almacenan miles de kilogramos de material nuclear
y que existen riesgos de contaminación masiva en caso de una escalada.
Putin, por su parte, consideró que la situación exige una
respuesta diplomática urgente. "Las amenazas sobre las instalaciones
nucleares iraníes nos obligan a participar en la búsqueda de soluciones
pacíficas", concluyó. El mandatario ruso había expresado días atrás que
todavía existen condiciones para alcanzar un acuerdo, pero que el escenario
exige "prudencia y responsabilidad".
"Lo correcto sería que todos trabajen en conjunto para
detener las hostilidades y encontrar un camino que permita el entendimiento
entre las partes", planteó Putin. Consultado sobre el impacto interno que
el conflicto podría tener en Teherán, descartó una desestabilización política y
señaló que "en Irán hay una consolidación social en torno al
liderazgo", lo que, a su entender, refuerza las chances de una solución
diplomática.
El líder del Kremlin subrayó que cualquier intento de
distensión deberá contemplar una doble garantía: el respeto a los derechos de
Irán sobre el desarrollo de tecnología nuclear con fines pacíficos y la
preservación de la seguridad del Estado de Israel. "Es un asunto delicado
que exige mucho cuidado. Pero, en líneas generales, creo que es posible
alcanzar una solución que contemple ambas posiciones", afirmó.