Si bien circuló como un hecho, al información no fue confirmada por la firma; no obstante, tal versión abrió una fuerte preocupación en los más de 250 trabajadores que tiene la planta ubicada en la avenida Alem, al norte de la segunda ciudad de la Provincia. De hecho, Hilandería Alal es la última gran empresa con la que cuenta Goya, que hace unos años se vio fuertemente golpeada por el cierre de la fábrica de Massalin Particulares y de la fábrica de Nobleza Piccardo en 1988. Además del cierre, ya hace unos años también, de Textil Deboriti. Además de la textil, solo queda la planta de la Cooperativa de Tabacaleros que reúne a los productores del departamento.
Según circuló el fin de semana, la planta que se encuentra en producción desde 1994, paralizaría su producción a partir de junio, el 80% de su personal pasarían a estar suspendidos por 60 días y los sueldos estarían reducidos al 70%, en ese plazo.
IGUAL QUE EN DICIEMBRE DE 2020
El sector textil, como otros, se encuentra en estado de alerta por la caída de la actividad. Mientras que el salario registrado cayó en promedio 14,9% entre noviembre y abril, empresarios del rubro advierten por la baja del 60% en las ventas y una preocupación expresa por los despidos consecuentes.
Entre el martes y jueves de la semana pasada se realizó en La Rural de Buenos Aires un evento que congregó a toda la industria textil: Emitex (Exposición Internacional de Proveedores para la Industria de la Confección), Confemaq (Exposición Internacional de Maquinaria para la Confección) y Simatex (Exposición Internacional de Maquinaria Textil).
Quienes acudieron al encuentro, advirtieron que las alarmas sonaron en todos los stands. A través de los amplios pasillos de La Rural, los empresarios recorrían los pabellones en grupo, para escuchar a diversos referentes y mantener una perspectiva global de mercado.
Las conclusiones sobre el panorama actual no fueron buenas. Camilo Alan, empresario textil, lo resumió así: "Nadie está vendiendo. Los empresarios están muy preocupados. Los gastos fijos subieron entre un 70% y 80%, y las ventas cayeron 60%". Esos números redundan en el peor final: "Estamos achicando empleados porque no sabemos cómo pagarles", contó al diario Ámbito Financiero.
La crisis en el sector se extiende en todo el país. Así lo describe Jorge González, secretario de la Asociación Obrera Textil (AOT) de Catamarca: "Lo que se vive es tremendo. La caída es muy dura", resume.
González coincide con el número ofrecido por el empresario textil en cuanto a un 60% de la caída de las ventas y la problemática por los costos de los servicios de luz y gas. Los comercios e industrias ya no mantienen tarifas subsidiadas, pagan el costo mayorista real de los insumos, lo que las lleva a pagar tarifas entre tres y siete veces más caras respecto a diciembre del año pasado.