Los cuerpos de Caleb Benjamín González y Fernando Ramón
Álvarez, ambos de 23 años y desaparecidos desde el 14 de agosto tras salir a
pescar en Bella Vista, fueron identificados luego de ser hallados en el río
Paraná, en jurisdicción de Reconquista, Santa Fe. Los exámenes médicos
confirmaron que ambos murieron por asfixia por inmersión, sin signos de muerte
traumática, lo que permitió esclarecer el caso tras tres meses de
incertidumbre.
La desaparición de los primos había generado un operativo
de búsqueda que involucró a fuerzas provinciales y nacionales, incluyendo a la
Prefectura Naval y al Ministerio de Seguridad de la Nación, que difundió
alertas por personas desaparecidas. La investigación se centró desde el inicio
en el tramo del Paraná comprendido entre Bella Vista y zonas ribereñas
santafesinas, donde las condiciones del río y la navegación recreativa suelen
implicar riesgos elevados.
El primer cuerpo hallado fue el de Caleb González,
localizado en cercanías de la isla Guaycurú y reconocido por su padre a partir
de un tatuaje, lo que evitó la necesidad de pruebas genéticas. Días más tarde,
un segundo cadáver apareció a la altura del kilómetro 1019 del Paraná y fue
trasladado a la morgue judicial de Reconquista, donde las evidencias
permitieron confirmar que se trataba de Fernando Álvarez. En ambos casos, las
autopsias descartaron signos de violencia, reforzando la hipótesis de un accidente
fluvial.
Con la confirmación de las identidades y las causas de
muerte, la causa judicial avanza hacia su cierre formal. No obstante, el caso
vuelve a poner en agenda la seguridad en la navegación recreativa y la
prevención en zonas de islas del Paraná, especialmente en contextos de pesca
amateur. Las autoridades deberán evaluar si surgen recomendaciones o protocolos
adicionales para reducir riesgos en actividades fluviales en la región.
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