El puerto de Corrientes ha experimentado un resurgimiento
notable, pasando de una década de inactividad a manejar aproximadamente 700
contenedores mensuales, una cifra que era "nunca pensada", según
afirmó Adolfo Escobar Damus, director de Transporte Fluvial y Puertos de la
Provincia. Este impulso posiciona a la terminal correntina como la de mayor
movimiento en la hidrovía Paraná-Paraguay, desde Rosario hacia el norte.
Escobar Damus recordó que la actividad portuaria en
Corrientes cesó en 2010, luego de que se dejara de comercializar carbón
chaqueño por el puerto local. "Los puertos de Corrientes no tenían
intervención desde el siglo pasado", señaló, y explicó que el predio
portuario se utilizaba para otros fines.
El "despertar portuario" se inició en 2023 con un
movimiento inicial de entre 10 y 12 contenedores mensuales, una cifra reducida
pero significativa para la región. En ese entonces, la producción de miel,
madera y cueros salía principalmente por camiones, funcionando el puerto como
un mero centro de transferencia.
Diez meses después de la reactivación, el puerto de
Corrientes cuenta con una escala semanal que permite un flujo de 700
contenedores por mes. El 90% de la carga actual es producción forestal, junto
con algo de té. Además, se está reacondicionando otro sector para manejar entre
80 y 90 contenedores de cuero provenientes de Chaco, lo que llevaría al puerto
a un 95% de su capacidad operativa.
El funcionario también adelantó que el futuro puerto de
Ituzaingó se perfila para ser "el más grande de la región" y
trabajará en coordinación directa con el puerto de la Capital, prometiendo un
panorama aún más prometedor para el desarrollo logístico y económico de
Corrientes.