Un nuevo ataque con drones ucranianos ha golpeado una
planta química rusa estratégica en la región de Tula, provocando un incendio en
la madrugada de este domingo 8 de junio de 2025. La instalación, conocida como
Azot, es crucial para la fabricación de explosivos y se encuentra a unos 200
kilómetros al sur de Moscú. Este incidente marca el segundo ataque a esta misma
fábrica en apenas dos semanas.
El gobernador regional, Dmitri Miliáyev, confirmó que el
incendio se desató después de que los restos de un dron ucraniano derribado
cayeran sobre la planta de nitrógeno y amoníaco en Novomoskovsk. Miliáyev
aseguró que el fuego fue sofocado y que dos personas resultaron heridas, aunque
sus vidas no corren peligro.
La planta Azot es uno de los mayores fabricantes químicos
de Rusia y el segundo mayor productor de amoníaco y fertilizantes nitrogenados
del país. Su producción incluye nitrato de amonio, ingrediente clave en la
fabricación de explosivos, así como metanol y argón, también utilizados en la
industria de defensa.
Testigos presenciales citados por canales de Telegram rusos
reportaron entre cinco y ocho explosiones fuertes durante el ataque nocturno.
Un trabajador de la planta, en un video supuestamente filmado en el sitio,
mencionó que el impacto alcanzó una tubería de gas o propano. La instalación
Azot es considerada un objetivo estratégico crucial para las fuerzas
ucranianas, ya que suministra materias primas a la planta Sverdlov para la
fabricación de compuestos explosivos como HMX y RDX para municiones de artillería.
También produce cloro, plásticos, resinas, soda cáustica, cloruro de calcio y
ácido nítrico, todos componentes esenciales para la industria de defensa rusa.
Las autoridades de Tula y entidades ecologistas están
monitoreando la posible contaminación ambiental, sin haber detectado hasta el
momento niveles superiores a la norma.
Ofensiva amplia contra infraestructura rusa
El ataque a la planta Azot forma parte de una ofensiva
nocturna más amplia de Ucrania contra territorio ruso. El Ministerio de Defensa
ruso informó haber derribado un total de 65 drones ucranianos sobre siete
regiones rusas y la península anexionada de Crimea entre la noche del sábado y
la mañana del domingo.
Estos ataques obligaron a tres aeropuertos de Moscú
—Domodédovo, Zhukovski y Vnúkovo— a suspender temporalmente sus operaciones,
según el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin. Los servicios de monitoreo de
drones indicaron que la capital rusa fue atacada desde tres direcciones.
Paralelamente, el sábado, drones ucranianos también
atacaron una planta de producción de betún cerca de la refinería de Lukoil en
Kstovo, región de Nizhny Novgorod, a unos 800 kilómetros de Ucrania, provocando
un incendio mayor. Estos incidentes marcan la reanudación de la campaña
ucraniana contra instalaciones de almacenamiento y procesamiento de combustible
rusas, después de una pausa de varios meses. El viernes 6 de junio, Ucrania
también atacó el depósito de combustible Kristall de Rosrezerv en Engels, región
de Saratov, que almacena combustible de aviación para bombarderos estratégicos
rusos.
Estos ataques se producen en un momento de intensificación
del conflicto, con Rusia reportando el domingo que sus fuerzas han avanzado por
primera vez hacia la región industrial oriental de Dnipropetrovsk de Ucrania,
lo que representa una escalada territorial significativa.