Elon Musk finalmente decidió no retirar del servicio la
cápsula espacial Dragon, un componente crucial para el transporte de materiales
y personal hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). La noticia,
anunciada este viernes, llega tras una intensa disputa pública con el
presidente estadounidense Donald Trump, que había puesto en jaque la
cooperación financiera y técnica entre SpaceX y el Gobierno de Estados Unidos.
Inicialmente, Musk había amenazado con desmantelar la
cápsula Dragon la víspera, una acción que habría impactado significativamente
en las operaciones espaciales de la NASA. Según el propio Musk, "la mejor
manera de ahorrar dinero es acabar con los subsidios y contratos
gubernamentales". Este mensaje era una clara alusión a los comentarios
críticos que Trump había expresado momentos antes en Truth Social, donde
manifestó su sorpresa de que la administración de Joe Biden no hubiera cortado
antes esos subsidios y contratos con Musk.
La cápsula Dragon de SpaceX es el principal vehículo que
utiliza la NASA para trasladar astronautas y suministros vitales a la EEI. De
hecho, en marzo pasado, fue fundamental para traer de regreso a la Tierra a los
astronautas Butch Wilmore y Suni Williams, quienes habían permanecido en la
estación durante meses sin otra opción de retorno seguro.
En medio de los cruces de declaraciones, en las últimas
horas, Musk reconsideró su amenaza tras hacer caso a los comentarios de
usuarios en redes sociales. En X (antes Twitter), un usuario lamentó el
"tira y afloja" entre ambos magnates, señalando que "ambos
(Trump y Musk) son mejores que esto" y aconsejándolos a "calmarse y
relajarse". Ante este mensaje, el magnate respondió brevemente: "Buen
consejo. Está bien, no desmantelaremos a Dragon".
El trasfondo de esta disputa radica en el proyecto de ley
presupuestario impulsado por Trump. Musk, quien hasta hace poco lideraba el
Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), se opone tajantemente a la
iniciativa presentada por la administración republicana, ya que considera que
aumentaría el déficit federal y socavaría los resultados de su trabajo en dicho
departamento.
Desde su salida del Gobierno, las diferencias entre Musk y
Trump se hicieron cada vez más evidentes, con crecientes cruces y críticas
públicas que trascendieron la esfera laboral. "Cuánta ingratitud. (Sin mí)
los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos
tendrían 51-49 en el Senado. Sin mí (Trump) habría perdido las
elecciones", escribió Musk, asegurando que desconocía el proyecto y sus
lineamientos e, incluso, cuestionando que "se aprobó en la oscuridad de la
noche, tan rápido que casi nadie en el Congreso pudo siquiera leerlo".
Además, Musk lanzó una crítica más personal contra el
republicano: "Es hora de lanzar la gran bomba: Donald Trump está en los
archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho
públicos. Que tengas un buen día, DJT".
Ante esto, Trump redobló la apuesta y aseguró: "Estoy
muy decepcionado porque Elon conocía los entresijos de este proyecto de ley
mejor que casi cualquiera de los presentes. Mejor que ustedes. Él lo sabía
todo". "Mira, Elon y yo teníamos una relación excelente. No sé si la
seguiremos teniendo", reconoció el presidente en las últimas horas,
descartando así la posibilidad de conversar con su ex aliado e, incluso,
sugiriendo que su malestar podría llevarlo a vender el Tesla que había adquirido
hacía pocas semanas.