La era del smartphone, tal como la conocemos, podría estar cerca de su fin. Aunque hoy nos cueste imaginar un mundo sin pantallas táctiles, íconos de aplicaciones y notificaciones constantes, las mentes más influyentes del sector tecnológico ya están ideando el próximo gran avance que lo sustituirá. Cada uno de estos visionarios, desde Bill Gates hasta Elon Musk, busca imponer su propio proyecto, pivotando entre el egocentrismo y el negocio, pero con un punto en común: nuevas formas de conexión y una inteligencia artificial omnipresente.
Las propuestas de los grandes
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, está focalizado en las gafas
de realidad aumentada con IA. Aunque el metaverso aún no despegó, Zuckerberg
estima que para 2030 estos dispositivos podrían reemplazar por completo a los
smartphones, permitiendo múltiples pantallas flotantes para videollamadas,
mensajes o trabajo sin necesidad de un aparato físico. Meta ya comercializa las
Ray-Ban Meta, pero sus gafas AR Orion están en desarrollo.
Por su parte, Sam Altman, CEO de OpenAI, y Jonathan Ive, el
icónico diseñador del iPhone, colaboran en un nuevo dispositivo que promete
dejar atrás tanto a los smartphones como a sus pantallas. Su objetivo es una
computadora personal impulsada por inteligencia artificial, sin pantalla ni
teclado, que funcione como un asistente físico sensible al contexto del
usuario, más "humano" y disponible solo cuando sea necesario.
Bill Gates, el fundador de Microsoft, ha pronosticado un futuro donde los tatuajes inteligentes serán la principal herramienta de conectividad digital. Estos "tatuajes electrónicos", desarrollados por la empresa Chaotic Moon, buscarían una interacción más integrada y natural con la tecnología, ofreciendo una experiencia similar a la de un smartphone pero sin un dispositivo físico.
Sundar Pichai, CEO de Google, no apunta a un único
dispositivo, sino que su enfoque principal es la Inteligencia Artificial (IA)
como la próxima "plataforma" tecnológica. Pichai cree que la IA, al
ser "auto-mejorable", revolucionará sectores como la salud y la
robótica, abriendo la puerta a nuevos formatos de hardware menos dependientes
de pantallas.
Finalmente, Elon Musk, a través de Neuralink, su startup de neurotecnología, apunta directamente al cerebro con interfaces cerebro-computadora. Ya con los primeros chips implantados en humanos, Musk sostiene que en 10 a 15 años la comunicación con dispositivos será mental, permitiendo manejar un teléfono o computadora con solo pensarlo.
La postura de Apple y el futuro incierto
En contraste con sus pares, Tim Cook, CEO de Apple, no predice una era post-smartphones inminente. Según su visión, el iPhone seguirá siendo el eje central de nuestras vidas por muchos años más, y las tecnologías como la realidad aumentada (Apple Vision Pro) y la inteligencia artificial son complementos, no sustitutos.
A pesar de los numerosos proyectos en marcha, los usuarios parecen estar satisfechos con sus celulares, incluso si la relación es "tóxica". La transición no será inmediata, y los smartphones seguirán siendo parte de nuestra vida por al menos otra década. Sin embargo, hay consenso en que el dominio del teléfono móvil está comenzando a erosionarse. Muchos de los que buscan "matarlo" ya están en el mercado, como los asistentes de IA o las gafas inteligentes, aunque ninguno ha logrado un éxito masivo.
Mientras esperamos el impredecible futuro, el celular
parece repetir la vieja frase que reza: "los muertos que vos matáis gozan
de buena salud". El tiempo dirá si alguno de estos visionarios logra el
próximo "golpe de suerte" que revolucione nuestra interacción con la
tecnología.