Elon Musk, el influyente empresario detrás de Tesla y
SpaceX, anunció su salida de la administración de Donald Trump, donde se
desempeñaba como asesor y responsable del Departamento de Eficiencia
Gubernamental (DOGE). La decisión se produce un día después de que Musk
expresara su "decepción" por la "gran proyecto de ley
hermosa" impulsada por el presidente, una legislación que combina recortes
de impuestos con medidas migratorias más estrictas.
Musk hizo pública su renuncia a través de su plataforma X
(anteriormente Twitter), agradeciendo a Trump por la oportunidad de
"reducir el gasto superfluo". Sin embargo, en una entrevista con CBS,
el magnate criticó el proyecto de ley presidencial, calificándolo de
"proyecto de ley de gasto masivo" que, a su juicio, aumentaría el
déficit federal y "socavaría el trabajo" del DOGE, su iniciativa para
reformar el gasto estatal. "Creo que un proyecto de ley puede ser grande o
puede ser hermoso", sentenció Musk, "pero no sé si podría ser ambas
cosas".
Durante su paso por el gobierno, Musk tuvo un perfil
político activo, incluyendo la financiación de la campaña de Trump y la
organización de eventos partidarios. En febrero, incluso declaró: "Cuanto
más conozco al presidente Trump, más me cae bien. Francamente, lo amo".
Trump, por su parte, lo había elogiado como "un gran estadounidense"
y le brindó apoyo a Tesla en un momento de bajas ventas.
A pesar de esta cercanía inicial, Musk había manifestado en
sus últimas declaraciones un distanciamiento de la política, afirmando:
"Creo que ya hice suficiente". La burocracia federal, según el
empresario, resultó ser "mucho peor de lo que pensaba", calificando
el intento de mejorarla como una "batalla cuesta arriba". Desde la
Cámara de Representantes, el presidente Mike Johnson agradeció públicamente a
Musk por sus hallazgos, señalando que la Cámara está "ansiosa y lista para
actuar sobre los hallazgos del DOGE".