La histórica llegada de Carlo Ancelotti al banquillo de la
selección brasileña ha quedado empañada por un escándalo. La FIFA ha puesto la
lupa sobre la Confederação Brasileira de Futebol (CBF), exigiendo explicaciones
formales por el pago de una comisión de 1,2 millones de euros a un
intermediario que no cuenta con la licencia oficial de agente.
La contratación de Ancelotti se concretó en diciembre de
2023, en un momento de gran inestabilidad para la CBF. Ednaldo Rodrigues,
entonces presidente, afrontaba una inminente destitución judicial y, antes de
su salida, habría contratado a Diego Fernandes, un empresario brasileño
radicado en Madrid, para mediar en la operación. Fernandes fue una pieza clave,
liderando las conversaciones con el entorno de Ancelotti y negociando con el
Real Madrid para facilitar la salida anticipada del técnico, que aún tenía
contrato vigente con el club español.
Según reveló ESPN Brasil, el nombre de Fernandes figura en
el contrato firmado entre la CBF y Ancelotti, a pesar de que el empresario no
posee una licencia oficial de agente emitida por la FIFA. Esta situación activó
la unidad de regulación de agentes del organismo rector del fútbol mundial, que
busca determinar si el proceso cumplió con el Reglamento de Agentes,
específicamente con el Artículo 11, que estipula que solo los agentes
registrados pueden participar en este tipo de operaciones.
De acuerdo con el sitio brasileño UOL, la FIFA ha exigido a
la CBF que entregue antes del 4 de junio —un día antes del debut oficial de
Ancelotti ante Ecuador— una copia del contrato entre Diego Fernandes y la
federación, así como cualquier documentación o comunicación relacionada con la
transacción.
La figura de Fernandes ha sido notoria durante todo el
proceso. Acompañó a Ancelotti en su vuelo a Río de Janeiro, actuando
públicamente como representante de la CBF. Este protagonismo ha generado
malestar en la nueva dirigencia de la federación, presidida ahora por Samir
Xaud, por la visibilidad del empresario y la agencia de comunicación que
contrató para difundir su rol.
Aunque Fernandes no tiene licencia de agente, es conocido
en el ambiente futbolístico por brindar servicios financieros a futbolistas
brasileños en Europa. Su participación en una negociación de esta envergadura
sin las credenciales oficiales ha encendido las alarmas tanto en Zúrich como en
Brasilia.
El fichaje de Ancelotti, celebrado inicialmente como un
golpe de efecto, ahora podría verse empañado por este escándalo, que además se
suma a un historial de crisis institucionales que ha atravesado la CBF en los
últimos años. La investigación de la FIFA, que ya ha intervenido en casos
similares en otras federaciones, busca sentar precedentes y podría derivar en
sanciones administrativas o financieras si se confirman las irregularidades.