Un escándalo de proporciones sacude a Bolivia. Rafael Arce
Mosqueira, el hijo menor del presidente Luis Arce, está en el ojo de la
tormenta tras una investigación periodística de la plataforma Connectas que lo
acusa de comprar miles de hectáreas en un área protegida de Santa Cruz,
deforestarlas y quemarlas parcialmente para convertirlas en cultivos de soja y
maíz, todo esto violando incluso normativas ambientales emitidas por el propio
gobierno de su padre.
Según la documentación oficial, Arce Mosqueira, con solo 25
años en noviembre de 2021, adquirió el predio "Adán y Eva" por 3,3
millones de dólares. Este terreno, ubicado en una zona de bosque de protección
y uso sostenible, fue aceleradamente transformado en extensos cultivos
agrícolas. La investigación señala que Arce Mosqueira obtuvo permisos de la
Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) para ampliar los desmontes, y las imágenes
satelitales confirman la desaparición de varias hectáreas de bosque.
Quemas en plena "pausa ambiental" y beneficios
estatales
La polémica se intensifica al revelarse que Arce Mosqueira no habría acatado la "pausa ambiental" decretada por el Gobierno en 2024, que prohibía las quemas en un año de devastadores incendios forestales en el país. Imágenes satelitales muestran que una tercera parte del predio "Adán y Eva" registró quemas entre octubre y noviembre de 2024, periodo en el que Bolivia perdió más de 12 millones de hectáreas por incendios. Solo en 2024, el predio habría perdido 182,6 hectáreas de bosque.
El terreno, de 2.187 hectáreas, se superpone a un área de
conservación. Aunque la deforestación no comenzó con su compra, la
investigación detalla que se "intensificó en sus manos". Además, se
benefició de modificaciones en los permisos que le permitieron ampliar los
desmontes y eliminar una unidad de "Bosque de Protección de Laderas".
A esto se suma la construcción de un puente a 15 kilómetros
de su propiedad, una obra solicitada por los pobladores durante años y que se
concretó solo tras la llegada de Arce Mosqueira. El puente, de 148 metros, fue
financiado por la Unidad de Proyectos Especiales (UPRE) del Ministerio de la
Presidencia y se estrenó en marzo de 2025.
Silencio oficial y denuncias
A más de una semana de que el caso saliera a la luz, el
Gobierno boliviano ha mantenido un hermetismo casi total. Pese a las
solicitudes de información, ningún ministerio ni la ABT han ofrecido
explicaciones. El único funcionario que se refirió al tema fue el ministro de
Obras Públicas, quien, en una rueda de prensa, comparó al hijo del presidente
con Steve Jobs, minimizando la controversia.
El caso ha generado una ola de críticas. La senadora de
oposición Cecilia Requena calificó el hecho como un "escándalo de
devastación y corrupción en medio del desastre ecológico de Bolivia" y
anunció una denuncia ante la Justicia, argumentando "favoritismo, tráfico
de influencias y asociación delictuosa de servidores públicos".
Rafael Arce Mosqueira no es el único hijo del presidente involucrado en controversias. Su hermano mayor, Luis Marcelo, fue acusado de participar en negociaciones personales con empresas extranjeras para la industrialización del litio. Ante ambos casos, el presidente Arce ha optado por el silencio, limitándose en una ocasión a desmentir "ataques" y asegurar que ni él ni su familia son corruptos.
La ciudadanía y la oposición esperan explicaciones claras
sobre estos presuntos manejos que involucran al círculo más cercano del
presidente boliviano.