En un nuevo giro en la política migratoria y de seguridad
nacional, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, anunció que el Gobierno de Estados Unidos comenzará a revocar las visas de
estudiantes chinos. La medida afectará específicamente a aquellos con
conexiones con el Partido Comunista Chino (PCCh) o que cursen estudios en lo
que se denominan "campos clave".
En un comunicado titulado “Las nuevas políticas de visados
ponen a EE.UU. primero, no a China”, Rubio informó que el Departamento de
Estado y el Departamento de Seguridad Nacional colaborarán para "revocar
agresivamente" los visados de estos estudiantes. Además, adelantó que se
revisarán los criterios de los visados para potenciar el escrutinio de todas
las futuras solicitudes provenientes de la República Popular China y Hong Kong.
La decisión se da un día después de que la Casa Blanca
ordenara a sus embajadas y consulados suspender la programación de entrevistas
para estudiantes que buscan visas para asistir a clases en Estados Unidos.
Aunque Rubio no especificó la fecha exacta en que comenzará la aplicación de
esta medida ni cuáles son los "campos clave" de estudio a los que se
refiere, la noticia generó una rápida reacción por parte de Pekín.
La portavoz de Exteriores china, Mao Ning, criticó el
endurecimiento del acceso a la enseñanza superior en Estados Unidos para los
estudiantes internacionales y urgió a Washington a proteger los derechos e
intereses legítimos de todos los estudiantes, incluidos los chinos.
Esta nueva política de visados se suma a otro anuncio de
Rubio, quien horas antes había comunicado que Estados Unidos denegaría visas a
funcionarios extranjeros que bloqueen publicaciones estadounidenses en redes
sociales. El jefe de la diplomacia, quien ha sido criticado por revocar visas a
activistas por sus críticas a Israel, afirmó que estas acciones buscan combatir
las "flagrantes acciones de censura" en el extranjero contra empresas
tecnológicas estadounidenses.
Rubio ha sido una figura vocal en el endurecimiento de la
postura de EE.UU. frente a lo que considera intrusiones en la soberanía y la
libertad de expresión, incluso mencionando la posibilidad de sancionar al juez
brasileño Alexandre de Moraes. El anuncio subraya la creciente tensión entre
Estados Unidos y China, así como la determinación del gobierno estadounidense
de priorizar sus intereses nacionales en el ámbito de la seguridad y la
tecnología.