Parecen pero no son. Alimentos a base de café, a base de leche, a base de queso rallado. Polvo para preparar chocolate que no es cacao. Bebidas con 5 % de jugo natural. Contiene avena, contiene semillas, contiene, pero no es. La calidad de los productos de "la canasta básica" va declinando. Los productos reales cada vez aumentan más de precio. En ese momento aparecen los "alimentos de imitación", a menor precio pero también con menor aporte nutricional. 

Entre los más conocidos se encuentran las bebidas lácteas. Según el Código Alimentario Argentino, son "los productos obtenidos a partir de la leche y/o leche reconstituidas y/o leches fermentadas y/u otros derivados de origen lácteo, con o sin el agregado de otras sustancias alimenticias y en los que el contenido de ingredientes de origen lácteo es como mínimo del 51 % (m/m) de la totalidad de los ingredientes del producto listo para consumo".  

Estos ocupan cada vez más un lugar preponderante en las góndolas de los supermercados.

Aparecieron en noviembre de 2018, cuando se publicó en el Boletín Oficial una resolución conjunta entre la Secretaría de Gestión y Regulación Alimentaria y la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía en la gestión de Mauricio Macri. 

"Para que puedan ingresar más rápido al mercado, la industria alimentaria utilizó el mismo packaging y los mismos sabores que le daban al yogur, y se los ubica en las góndolas al lado de un yogur, por ejemplo. Entonces la gente se confunde y cree que está comparado un yogur a un precio más barato y en realidad es solamente una bebida láctea", aseguró en diálogo con la prensa Natalia Esquivel, licenciada en Nutrición. En tanto, la nutricionista afirmó: "Según el Código Alimentario Argentino (CAA), que es el manual al que uno recurre para saber específicamente la definición de un alimento y cómo debe ser ese alimento para ser clasificado como tal, el yogur es la leche más bacterias probióticas. Entonces, el beneficio nutricional del yogur deriva de ese alimento lácteo con esas bacterias y con todos los beneficios para la flora intestinal y para mejorar el sistema inmune que  implican". 

"La industria alimentaria siempre trata de buscar una forma de hacer productos que sean más económicos, de acuerdo a lo que consume la gente. El yogur es un producto muy consumido por los argentinos, pero vieron que los costos se iban muy altos así que decidieron introducir, por ejemplo, un porcentaje de suero de la leche que es un producto mucho más económico, para sustituirlo",  aseguró.  

Otro de los productos lácteos donde se repite la cuestión es en los "postrecitos", que se daban a conocer como alternativos del yogur. "El caso más conocido es el de Danonino, que en realidad es un postre, una leche espesada, y la gente lo consumía y se lo daba de comer a sus hijos como merienda pensando que era un yogur, cuando en realidad en composición nutricional son cosas totalmente diferentes", explicó. Otro de los productos que se encuentra en góndolas en sus derivados es el café: "En el mercado podemos encontrar café tostado que es el grano del café que se tuesta, el café torrado que cuando se lo va tostar se le agrega azúcar, y otro que es polvo para preparar infusión a base de café, y en general tiene jarabe de glucosa como aditivo", explicó Esquivel. Otro muy común es el jugo de naranja. Como dato mencionó la nutricionista: si es 100 % jugo de naranja, puede llevar en el envase la fruta entera. En cambio, la mayoría tienen un porcentaje de jugo de naranja y solo pueden poner a figura de la mitad de la fruta. "Ahí hay un engaño bastante común", aseguró. Como otro ejemplo mencionó  la mantequilla de maní, de miel, solo tiene un porcentaje del alimento base y luego le agregan aceite y azúcar. O además las hamburguesas de carne, para que diga hamburguesa tienen que ser 100 % carne y el medallón de carne es mezcla de carne con soja, por lo general. El medallón sale la mitad del valor de un paquete de hamburguesas.

"También hay casos en que al jamón cocido, al fiambre de cerdo cocido o al fiambre de jamón se le agregan aditivos. Por ejemplo, a este último se le suele añadir soja o almidón. Por otro lado, a los endulzantes, donde dice la palabra "stevia"  todos tienen un porcentaje de glicósido de stevia y sucralosa u otros edulcorantes", añadió.

Recomendaciones
La nutricionista asegura que la mejor forma de saber qué es realmente lo que se consume  es leer los etiquetados y la definición en el mismo paquete. El CAA determina que debe estar primero el nombre de la marca, luego el tipo producto y debajo debe haber una definición de  lo que es. "Hay que fijarse en esa definición para ver si en verdad es el producto".

Recomendó que, en el caso del yogur, si uno lo quiere consumir de forma más barata lo mejor es hacerlo en casa. "De un pote de yogur chico, con un litro de leche se realizan 6 o 7 vasos de yogur casero", aseguró. Además aconsejó elegir yogures sin azúcar ni jarabe de maíz de alta fructosa, y "que tenga la menor cantidad de aditivos posible. Cuanto menor es la lista de ingredientes, mejor es el producto en calidad nutricional porque está menos procesado", explicó.