Durante mayo, las principales preocupaciones de la
población argentina giraron hacia el desempleo y el creciente costo de vida,
dejando a la inflación en un segundo plano. Así lo reveló un reciente estudio
que analizó la evolución de estas inquietudes desde marzo de 2024 hasta el
presente. Los constantes ajustes en las tarifas de servicios públicos, las
negociaciones salariales a la baja y el consecuente deterioro del poder
adquisitivo han contribuido a un palpable malestar social, en un escenario
donde la generación de empleo formal no logra satisfacer las demandas.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INDEC), la tasa de desocupación alcanzó el 7,9% durante el primer trimestre de
2025, evidenciando un aumento respecto al 7,7% registrado en el mismo periodo
de 2024 y al 6,4% del último trimestre del año anterior. Estos números
confirman una tendencia al alza en la cantidad de personas sin trabajo.
El informe de la consultora Casa Tres detalla que la
percepción del desempleo como el problema más urgente se disparó del 4% al 11%
entre marzo y mayo de este año. De manera similar, la preocupación por el costo
de vida se triplicó en apenas dos meses, pasando del 3% al 8%. En contraste, la
inflación, que en marzo acaparaba el 23% de las inquietudes, cayó drásticamente
a un 5% en mayo, lo que demuestra un reordenamiento de las prioridades
ciudadanas a medida que otras problemáticas se vuelven más apremiantes.
Informalidad laboral persistente: Un desafío estructural
El informe del INDEC también arroja luz sobre la compleja
situación del empleo informal en el país. Durante el primer trimestre de 2025,
la tasa de informalidad laboral se situó en un 42,0%, una cifra que subraya las
profundas dificultades estructurales que enfrenta el mercado de trabajo
argentino.
Del total de ocupados, el 72,7% eran asalariados, de los
cuales un 36,3% carecía de descuento jubilatorio, operando en condiciones
informales. Dentro de este segmento, un 17,1% realizaba aportes por cuenta
propia. Asimismo, el 23,5% de los ocupados se desempeñaba de forma autónoma,
mientras que un 3,4% eran empleadores y un 0,4% trabajaba como familiar no
remunerado. Estos datos dibujan un panorama desafiante para la recuperación
económica y la mejora de las condiciones de vida de los argentinos.