La Confederación General del Trabajo (CGT) advirtió al
Gobierno nacional por lo que definió como “provocaciones innecesarias” de
funcionarios y reclamó garantías de seguridad para la movilización convocada
este jueves contra el proyecto de reforma laboral, una protesta que prevé una
amplia participación sindical.
El pronunciamiento se produjo a un día de la marcha hacia
la Plaza de Mayo, en un escenario de creciente tensión entre el Ejecutivo y el
movimiento obrero por la iniciativa oficial que impulsa cambios en el régimen
laboral. En un comunicado, la CGT recordó que el derecho a la protesta está
amparado por la Constitución y sostuvo que las expresiones públicas de
integrantes del Gobierno no contribuyen a un clima de convivencia democrática.
La central sindical afirmó que la manifestación se desarrollará de manera
pacífica, organizada y dentro del marco legal.
La advertencia de la CGT busca fijar responsabilidades
políticas y operativas antes de una movilización que, según estimaciones
sindicales, podría reunir a unas 150 mil personas. El reclamo de garantías se
da además tras la vandalización de la sede del Sindicato de Empleados del
Vidrio, un episodio que encendió alertas en la dirigencia gremial por posibles
hechos de intimidación. La central resolvió reforzar su propio esquema de
organización para prevenir incidentes y evitar que disturbios afecten el desarrollo
de la protesta.
La marcha de hoy será un test político y social para el
Gobierno y para la CGT. Un desarrollo sin incidentes podría abrir espacio a
instancias de diálogo, mientras que eventuales hechos de violencia
profundizarían la confrontación. En paralelo, el debate por la reforma laboral
continuará en el Congreso, donde el oficialismo deberá definir su estrategia
para avanzar con el proyecto en un contexto de fuerte resistencia sindical.
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