El sistema judicial laboral argentino enfrentará un año
récord: se proyecta que 2025 finalizará con 130.000 nuevas demandas por
accidentes de trabajo, mientras que el total de juicios, incluyendo despidos y
empleo no registrado, alcanzará 260.000, según estimaciones privadas.
La Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART)
alertó que esta judicialización creciente genera costos elevados para empresas
y limita la inversión en sectores que requieren mano de obra intensiva. A pesar
de la disminución de accidentes graves, la tasa de litigios supera ampliamente
a la de países como Chile o España.
Mara Bettiol, presidenta de la UART, destacó que “ninguna
reforma podrá cumplir sus objetivos si el sistema continúa bajo esta dinámica
judicial”, en referencia a los proyectos de reforma laboral que el oficialismo
debatirá próximamente en el Congreso.
Las provincias presentan disparidades notables: Buenos
Aires concentra el 40% de los casos, mientras que Salta y Río Negro, con
cuerpos médicos forenses más activos, muestran tasas mucho menores. Esto
evidencia que la implementación uniforme de peritajes podría reducir la
litigiosidad y ofrecer mayor previsibilidad.
El impacto económico es significativo: el 88% de los
juicios ingresados corresponde a casos sin incapacidad reconocida, sumando un
costo equivalente a casi 7 millones de salarios mínimos. Este fenómeno, que
algunos llaman “industria del juicio”, sigue siendo un desafío central para la
sostenibilidad del empleo formal en Argentina.
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