Boca Juniors vive uno de los momentos más críticos de su
historia reciente. Con una racha sin triunfos inédita, el club parece atrapado
en una dinámica autodestructiva en la que confluyen la inacción dirigencial, la
confusión táctica y el bajo nivel futbolístico.
El presidente Juan Román Riquelme es señalado como
principal responsable de este escenario. Su estilo de conducción cerrado y sin
autocrítica, sumado a la falta de escucha hacia otras voces del club, debilitó
la estructura deportiva. Mientras tanto, el entrenador Miguel Ángel Russo no
logra afirmarse ni tomar decisiones firmes, cambiando constantemente de nombres
y esquemas.
En el campo de juego, los jugadores muestran una
preocupante desconexión y falta de actitud. Declaraciones como las de Marcos
Rojo o Edinson Cavani, lejos de asumir el presente, profundizan la sensación de
negación. Solo Leandro Paredes parece mantener algo de rebeldía y compromiso
con la camiseta.
Los datos son contundentes: derrotas históricas como la
reciente ante Huracán y un equipo que parece no tener identidad ni rumbo claro.
Las decisiones tomadas desde el escritorio no encuentran respaldo ni en el
banco ni dentro del campo.
La salida parece clara: Riquelme debe correrse del rol de
técnico informal y actuar como presidente, Russo necesita recuperar la
conducción real del plantel, y los jugadores, asumir con grandeza el mal
momento. Si no hay cambios, el futuro seguirá repitiendo el presente.
#BocaJuniors
#JuanRománRiquelme
#MiguelRusso
#CrisisFutbolística
#LigaProfesional
#LeandroParedes