La tensión en Medio Oriente sigue en aumento. Israel y Hamás se acusaron mutuamente de entorpecer las negociaciones indirectas para alcanzar un alto el fuego en la Franja de Gaza, mientras el ejército israelí intensificaba su ofensiva, dejando más de 20 palestinos muertos en las últimas horas.
Las delegaciones de ambas partes iniciaron las
negociaciones en Doha, Qatar, el pasado domingo, pero desde entonces mantienen
firmes sus exigencias. Una fuente palestina cercana a las negociaciones indicó
a AFP que el proceso enfrenta "obstáculos y dificultades complejas"
debido a la negativa de Israel a retirarse por completo del territorio.
"Hamás exige la retirada total de las fuerzas israelíes de todas las zonas
tomadas por Israel después del 2 de marzo de 2025", declaró la fuente,
acusando a Israel de "retrasar y poner trabas al acuerdo, para continuar
con su política de guerra de exterminio". Un punto clave de desacuerdo es
la "insistencia de Israel" en mantener sus fuerzas en más del 40% de
la Franja de Gaza.
Desde Israel, la versión es similar, aunque con motivos
diferentes. Un responsable político israelí acusó a Hamás de negarse a
"hacer concesiones" y de llevar a cabo una "guerra psicológica
destinada a sabotear las negociaciones". "Israel ha demostrado su
voluntad de mostrarse flexible en las negociaciones, mientras que Hamás sigue
intransigente y se aferra a sus posiciones", denunció el funcionario.
En este contexto de acusaciones cruzadas, Estados Unidos,
Egipto y Qatar continúan interviniendo como mediadores para lograr una tregua
de al menos 60 días. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que
estaba dispuesto a negociar un alto el fuego permanente en Gaza tras una
eventual tregua, pero lo condicionó a que Hamás se desarme y abandone el
gobierno del territorio. Netanyahu reafirmó que los objetivos de esta guerra
son liberar a los rehenes, destruir las capacidades militares y de gobierno de
Hamás, y expulsar al grupo palestino de Gaza, buscando incluso tomar el control
del territorio palestino.
Aun así, el primer ministro israelí mencionó
"avances" en cuestiones como la ayuda humanitaria y el intercambio de
rehenes por prisioneros palestinos en Israel. De las 251 personas secuestradas
durante el ataque terrorista del 7 de octubre, 49 siguen en Gaza, y 27 de ellas
han sido declaradas muertas por el ejército israelí.
La ofensiva israelí, lanzada en respuesta al ataque de
Hamás del 7 de octubre que dejó más de 1.200 muertos en el sur de Israel, se ha
intensificado en las últimas semanas. Los ataques israelíes dejaron este sábado
más de 20 muertos, según la Defensa Civil gazatí, incluyendo una familia
completa en un bombardeo nocturno en el campo de desplazados de Deir al Balah.
Por su parte, el ejército israelí indicó haber "bombardeado unos 250
objetivos terroristas" en las últimas 48 horas en todo el territorio
palestino. Según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás, al menos 57.882
palestinos, en su mayoría civiles, han muerto en las operaciones de represalia
del ejército israelí en Gaza.