Los Ángeles se convierte en el epicentro de una escalada de
tensión sin precedentes. El Pentágono confirmó el despliegue de 700 marines y
otros 2000 miembros adicionales de la Guardia Nacional en la ciudad
californiana, con el objetivo de controlar las violentas protestas que se
desataron en rechazo a las masivas redadas migratorias. Estos efectivos se
sumarán a los 2000 miembros de la Guardia Nacional ya movilizados por el
presidente Donald Trump, elevando el número total de fuerzas desplegadas a
4700.
La decisión ha provocado una fuerte reacción por parte del
gobernador de California, Gavin Newsom, quien no dudó en calificar la
iniciativa como una "fantasía demente" y tildó a Trump de
"dictatorial". En un contundente mensaje en su cuenta de X, Newsom
afirmó que los marines "no deberían ser desplegados en suelo
estadounidense enfrentándose a sus propios compatriotas para cumplir la
fantasía demente de un presidente dictatorial. Esto es poco
estadounidense".
Los Ángeles vive días de ebullición, con movilizaciones y
disturbios que comenzaron hace tres días, tras las órdenes de redadas y
deportaciones masivas de migrantes emitidas por el gobierno republicano. La
ciudad es escenario de enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del
orden, al margen de las protestas contra la política radical antimigratoria del
gobierno federal.
Por su parte, el presidente Trump redobló su advertencia a
los manifestantes, declarando: "Si escupen, nosotros golpearemos".
Esta declaración se suma a la postura de su asesor Stephen Miller, quien en
redes sociales ha argumentado que "Los Ángeles es la prueba que necesitas
de que la migración masiva deshace sociedades" y que "la migración
masiva nos ha llevado a donde estamos ahora".
Hina Shamsi, del influyente grupo de derechos civiles ACLU,
denunció la medida como "una escalada innecesaria y un abuso de
poder". La decisión de Trump de utilizar al ejército para operaciones
policiales, algo que no hizo durante su primer mandato (2017-2021), marca un
precedente preocupante en la política interna estadounidense y refleja su
determinación de desplegar al máximo sus prerrogativas como "comandante en
jefe" en lo que su entorno considera una "batalla por la civilización"
contra la migración ilegal.