En el año 2000, mucho antes de que la magia de Hogwarts
conquistara las pantallas de todo el mundo, los jóvenes Daniel Radcliffe, Emma
Watson y Rupert Grint se sentaron en su primera conferencia de prensa para
promocionar Harry Potter y la piedra filosofal. Fue allí donde, con la
inocencia de la infancia, fueron interrogados sobre qué harían con su primer
salario como actores. Sus respuestas, que hoy resurgen en redes sociales,
fueron tan reveladoras como sus futuros personajes.
Emma Watson, con apenas 10 años y la practicidad que
caracterizaría a su personaje Hermione Granger, sorprendió con su madurez
financiera. "Me temo que lo voy a meter en un banco hasta que tenga 21
años", declaró, demostrando una temprana comprensión de la responsabilidad
que implicaba un sueldo considerable a tan corta edad.
Por su parte, Daniel Radcliffe, visiblemente tímido ante
las cámaras, confesó que probablemente también lo ahorraría, aunque finalmente
admitió "no tener idea" de qué hacer con el dinero.
Sin embargo, fue Rupert Grint, de 12 años, quien entregó la
respuesta más memorable y en el espíritu de su personaje, Ron Weasley. Con
humor, Grint respondió: "Bueno, hablando como un mago, nos van a pagar
dinero Muggle y realmente no lo entiendo". Esta ingeniosa referencia a los
"Muggles" (personas sin poderes mágicos en el universo de Harry
Potter) capturó la esencia de su personaje y supo manejar la complejidad de la
pregunta. Años más tarde se supo que Grint cumplió parcialmente con su espíritu
infantil, utilizando parte de sus ganancias para comprar un camión de helados,
un sueño de muchos niños.
Un camino hacia la fortuna
La franquicia de Harry Potter se convirtió en un fenómeno
global, generando más de 9.500 millones de dólares para Warner Bros. Los tres
actores principales vieron sus salarios crecer exponencialmente,
transformándolos en algunos de los artistas jóvenes mejor pagados de Hollywood.
Daniel Radcliffe, como el protagonista, experimentó el
mayor aumento salarial. Comenzó con un millón de dólares por la primera
película, una cifra inusualmente alta para un debut infantil. Sus honorarios se
incrementaron progresivamente: dos millones por La cámara secreta, seis
millones por El príncipe de Azkaban, 11 millones por El cáliz de fuego, 14
millones por La orden del fénix, 24 millones por El misterio del príncipe y 50
millones por las dos partes finales de Las reliquias de la muerte. En total, Radcliffe
acumuló una fortuna estimada en 109 millones de dólares por las ocho películas.
Emma Watson y Rupert Grint también vieron sus ingresos
dispararse. Aunque recibieron menos de un millón de dólares por la primera
película, sus honorarios aumentaron considerablemente con el éxito de la saga.
Para La orden del fénix, Watson ganó 4 millones, y tanto ella como Grint
recibieron 30 millones cada uno por las dos películas finales.
Actores secundarios también se beneficiaron del éxito de la
franquicia. Tom Felton, quien interpretó a Draco Malfoy, ganó casi 18 millones
de dólares por sus apariciones. El fallecido Alan Rickman, el profesor Severus
Snape, acumuló un patrimonio neto considerable, gran parte atribuible a su
participación en la saga.