El pasado sábado 24 de mayo, Rodrigo Bueno habría cumplido 52 años. A casi un cuarto de siglo de su trágica muerte en un accidente automovilístico, el recuerdo del "Potro" sigue tan vivo como siempre. Su carisma y atractivo innegable lo convirtieron en un imán para las mujeres, dejando una huella imborrable en la vida de aquellas que estuvieron a su lado, más allá de la fama y los desafíos de la vida pública.

De romances mediáticos a amores secretos

Una de sus relaciones más conocidas fue con Marixa Balli. En 1992, Rodrigo la convocó para el videoclip de "La chica del ascensor" y, aunque ella aceptó con desconfianza, él logró seducirla. El romance duró tres intensos años, con encuentros esporádicos posteriores, demostrando la profunda conexión que existía entre ellos, a pesar de la imposibilidad de mantener una relación duradera por sus fuertes personalidades.

En 1996, el cuartetero conoció a Patricia Pacheco, con quien tendría a su único hijo, Ramiro, nacido el 1 de julio de 1997. La relación fue abrupta, con una convivencia y un embarazo acelerados. Sin embargo, la creciente fama de Rodrigo y sus continuas infidelidades hicieron que Patricia decidiera terminar la relación. A pesar del dolor, el contacto se mantuvo hasta el final; de hecho, Patricia y Ramiro estaban en el auto con Rodrigo cuando ocurrió la tragedia que le costó la vida, salvándose de milagro.

Un amor que se mantuvo en secreto por mucho tiempo fue el que vivió con Sarita Carrera, a quien conoció en 1997 en los estudios de Canal 26. Se dice que Rodrigo quedó perdidamente enamorado de ella, al punto de tatuarse su nombre en el pecho. Aunque la relación era intensa y él la llenaba de atenciones, no prosperó, en parte, debido a la presunta intervención de Diego Maradona, quien se oponía a la relación por su amistad con Guillermo Coppola, también interesado en Sarita.

Ya en el apogeo de su carrera, en el verano de 2000, el "Potro" protagonizó una sensual tapa de la revista Gente junto a Graciela Alfano. Años después, la diva reveló los detalles de un apasionado encuentro íntimo que habría tenido lugar con el cantante, mientras ella mantenía una relación con Matías Alé. Rodrigo, en su momento, mantuvo silencio sobre esta aventura.

Finalmente, Alejandra Romero fue la última novia oficial del cantante. La conoció en 1999 en una bailanta de City Bell. Alejandra se unió a Rodrigo en la cúspide de su éxito, acompañándolo en su famoso viaje a Cuba y en sus 13 shows agotados en el Luna Park. Sin embargo, su historia no tuvo un final feliz debido a la temprana muerte del artista, dejando a Alejandra y a las demás mujeres que lo amaron sumidas en una profunda tristeza.

A pesar de las complejidades y las infidelidades, todas las parejas de Rodrigo se refieren a él con un profundo sentimiento de amor que ha perdurado a lo largo del tiempo, demostrando la huella imborrable que el "Potro" dejó en sus vidas.