Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y
Tecnología de China, liderado por el profesor Tian Xue, ha logrado un avance
significativo en la óptica con el desarrollo de lentes de contacto capaces de
detectar luz infrarroja y convertirla en colores visibles. Lo más asombroso es
que este dispositivo permite que una persona perciba señales luminosas incluso
con los ojos cerrados.
El proyecto, que fusiona neurociencia y óptica, busca
expandir las capacidades visuales humanas sin recurrir a equipos voluminosos ni
fuentes de energía externas, diferenciándose notablemente de los sistemas
tradicionales de visión nocturna o térmica.
¿Cómo funcionan estas lentes innovadoras?
La clave de este desarrollo reside en la incorporación de
nanopartículas llamadas "convertidores ascendentes". Estas partículas
tienen la sorprendente capacidad de absorber radiación infrarroja (en
longitudes de onda entre 800 y 1.600 nanómetros) y transformarla en luz visible
en colores como rojo, verde o azul. De esta manera, el ojo humano, normalmente
limitado a percibir luz entre los 400 y 700 nanómetros, puede acceder a una
porción del espectro lumínico que constituye más del 50% de la energía solar y que
hasta ahora era completamente invisible sin asistencia tecnológica.
Durante los ensayos de laboratorio, los participantes que
usaron las lentes lograron detectar señales intermitentes emitidas por LEDs
infrarrojos. Estas señales, imperceptibles a simple vista, pudieron ser
localizadas incluso con los ojos cerrados, aprovechando que los párpados
bloquean la luz visible pero permiten el paso parcial de la radiación
infrarroja. Esta característica fisiológica potenció la percepción artificial,
abriendo la puerta a la sorprendente posibilidad de "ver" a través de
los párpados.
Una de las grandes ventajas de este diseño es que las
lentes no interfieren con la visión normal. Los usuarios pueden ver los colores
del entorno de manera habitual mientras reciben información adicional del
espectro infrarrojo, convirtiendo al dispositivo en una suerte de realidad
aumentada óptica que no requiere pantallas ni circuitos visibles.
Aplicaciones y desafíos a futuro
Las posibles aplicaciones de esta innovación son numerosas.
Podrían ser cruciales en operaciones de rescate, permitiendo a los rescatistas
ver señales codificadas en áreas oscuras o con humo. También ofrecen un gran
potencial en seguridad, vigilancia nocturna, sistemas criptográficos y
comunicaciones ópticas discretas, donde la privacidad o el sigilo son
esenciales. Además, los investigadores sugieren que podrían beneficiar a
personas con daltonismo, al modificar la percepción de ciertas longitudes de onda.
A pesar de estos avances, la tecnología aún enfrenta
limitaciones. Por el momento, solo puede detectar fuentes infrarrojas intensas
como los LEDs y no es capaz de captar la radiación térmica emitida por cuerpos
u objetos naturales, lo que impide su uso como sustituto directo de cámaras
térmicas. Sin embargo, el equipo confía en que, mejorando la eficiencia de las
nanopartículas, se podría desarrollar una forma básica de visión térmica
integrada en una lente de contacto.
La miniaturización de componentes y la mejora en la
respuesta lumínica son algunas de las líneas de trabajo abiertas, siempre
priorizando el carácter no invasivo del dispositivo. Esta innovación no solo
plantea avances tecnológicos, sino que invita a reflexionar sobre cómo la
tecnología puede expandir la percepción humana de formas antes inimaginables.