Tras registrarse 25 casos confirmados de sarampión en el
país, con una alarmante concentración de 24 de ellos en el Área Metropolitana
de Buenos Aires (AMBA), el Ministerio de Salud de la Nación ha activado un plan
de emergencia para contener el brote y reforzar la inmunización de la
población. La iniciativa busca asegurar el cumplimiento del Calendario Nacional
de Vacunación y evitar una mayor propagación de este virus potencialmente
grave.
La campaña de vacunación se puso en marcha el 30 de abril
con el envío inicial de 900 mil dosis de vacuna doble viral, destinando más de
la mitad (500 mil) a la zona del AMBA, donde la circulación del virus es más
activa. A esta partida se suman 694.850 dosis de vacuna triple viral, de un
total de 1,5 millones adquiridas para garantizar la cobertura en todas las
provincias del territorio nacional.
Los datos epidemiológicos revelan que, de los 25 casos
confirmados hasta el momento, 24 corresponden al genotipo B3, el cual ha estado
circulando desde enero en la región metropolitana. El caso restante se detectó
en la provincia de San Luis y se trata de una beba de ocho meses que contrajo
el virus durante un viaje familiar a México, país donde prevalece el genotipo
D8.
El preocupante resurgimiento del sarampión en Argentina se
atribuye principalmente a una significativa disminución en las tasas de
vacunación en los últimos años, lo que ha debilitado la crucial inmunidad
colectiva. En 2023, solo el 81% de los niños recibió la primera dosis de la
vacuna, y apenas el 54% completó el esquema con la segunda dosis. Las cifras de
cobertura continuaron descendiendo en 2024, alcanzando un 77% para la primera
dosis y un crítico 46% para la segunda. Los expertos en salud enfatizan que se
necesita una cobertura de al menos el 95% para asegurar una protección
comunitaria efectiva. A este factor se suma la reintroducción del virus a
través de viajeros provenientes de áreas con circulación activa de sarampión.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa
que puede acarrear complicaciones graves, especialmente en niños pequeños,
personas con sistemas inmunológicos debilitados y aquellos que no han sido
vacunados. A nivel global, la tasa de mortalidad oscila entre el 3% y el 6%, y
las complicaciones pueden incluir neumonía, convulsiones, meningoencefalitis e
incluso ceguera. Ante la ausencia de un tratamiento específico para la
enfermedad, el Ministerio de Salud reitera que la vacunación se erige como la
herramienta más eficaz para prevenir brotes y proteger la salud pública.
El plan de vacunación implementado por la cartera sanitaria
nacional se enfoca en tres objetivos primordiales: interrumpir la cadena de
transmisión del virus mediante la aplicación focalizada de vacunas ante casos
sospechosos, recuperar los esquemas de vacunación incompletos, especialmente en
niños nacidos a partir de 2020 que aún no han recibido las dosis
correspondientes, y fortalecer la inmunidad comunitaria para prevenir futuros
brotes de la enfermedad. En este contexto, la vacuna doble viral se utiliza
como estrategia complementaria para bloquear posibles focos de contagio,
mientras que la vacuna triple viral, que protege contra sarampión, rubéola y
paperas, forma parte del esquema de vacunación obligatorio a los 12 meses y a
los 5 años de edad.
Las autoridades sanitarias han establecido pautas
específicas de vacunación para diferentes grupos etarios:
6 a 11 meses: dosis cero de vacuna doble viral.
12 meses: primera dosis de vacuna triple viral, según el
Calendario Nacional.
13 meses a 4 años: dosis adicional de vacuna doble viral.
5 años: segunda dosis de vacuna triple viral.
A partir de los 5 años: esquema completo de dos dosis de
vacuna triple viral.
Personal de salud: dos dosis de vacuna contra sarampión y
rubéola, aplicadas después del año de vida o serología IgG positiva para ambos
virus.
Personas nacidas antes de 1965: no requieren vacunación, ya
que se consideran inmunizadas por exposición natural al virus.
PDJS