El Departamento del Tesoro de Estados Unidos oficializó la
transferencia de USD 872 millones en Derechos Especiales de Giro a la
Argentina, un movimiento clave que permitió afrontar el último vencimiento
anual con el Fondo Monetario Internacional. La operación se produjo en un
contexto de escasez de divisas y marcó un nuevo gesto de respaldo hacia la
gestión de Javier Milei.
Los registros del Fondo de Estabilización Cambiaria y del
FMI confirmaron que la tenencia de DEGs del país aumentó abruptamente en
octubre, en paralelo a una reducción equivalente en las reservas
estadounidenses, lo que evidenció el carácter directo de la operación. La
maniobra se apoyó en parte del swap recientemente activado entre ambos países.
El aporte norteamericano se dio tras la intervención
cambiaria conducida por Scott Bessent, que buscó estabilizar la cotización del
dólar previo a las elecciones legislativas. Este mecanismo recordó al
precedente de Qatar en 2023, cuando un refuerzo similar permitió cubrir
vencimientos en plena crisis de reservas.
Fuentes del mercado destacaron que la transacción también
generó ganancias al Tesoro estadounidense: entre la compra de pesos, la venta
posterior y el rendimiento de instrumentos locales, la utilidad superó los USD
70 millones. A su vez, la activación del swap incrementó los pasivos del Banco
Central y contribuyó a un deterioro de las reservas netas.
Con un saldo negativo y obligaciones en dólares cada vez
más exigentes, los analistas advierten que el Gobierno deberá renegociar metas
y buscar un nuevo acuerdo con el FMI para evitar tensiones futuras. El envío de
USD 872 millones se convierte así en una pieza central de la delicada
ingeniería financiera bilateral.
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