El asesinato de Cristian Moyano, cadete de la Policía
Federal, sacude al sistema penitenciario bonaerense. El joven de 24 años fue
hallado sin vida dentro de la Unidad N°24 de Florencio Varela, con más de 25
lesiones en el cuerpo y evidentes signos de asfixia, según confirmaron los
resultados preliminares de la autopsia.
Moyano había sido detenido el 29 de octubre tras una
denuncia por abuso sexual presentada por una compañera de la escuela de la
Federal. Desde entonces, permanecía alojado en un pabellón de mediana
seguridad. Según testigos, el joven gritaba desesperado que quería salir de su
celda antes de ser retirado por los penitenciarios, quienes lo trasladaron
hacia el sector de Sanidad, donde llegó inconsciente.
La investigación, a cargo del fiscal Christian Granados,
apunta contra cinco agentes del Servicio Penitenciario Bonaerense, de entre 20
y 50 años, acusados de homicidio doblemente agravado por ensañamiento, alevosía
y por ser miembros de una fuerza de seguridad. Los imputados quedaron detenidos
por orden del juez Julián Busteros.
El informe forense determinó fracturas en costillas,
heridas en el rostro, brazos y piernas, además de una lesión en el cuello
compatible con asfixia. Ninguno de los penitenciarios presentaba lesiones, un
detalle que refuerza la hipótesis de un ataque premeditado y sin resistencia.
El caso generó conmoción tanto en el ámbito policial como
en el judicial. Mientras la celda fue clausurada y se secuestraron 20 teléfonos
celulares para peritajes, la familia de Moyano exige justicia y denuncia que el
crimen expone una vez más la violencia institucional dentro del sistema
carcelario bonaerense.
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